Ecuador vivió su segundo año más violento en la historia este 2024. Sin embargo, especialistas advierten que la inseguridad podría agravarse en 2025, por el contexto electoral.
Punto Noticias.- La violencia no respetó fechas ni horarios en Ecuador en 2024. La noche del martes 24 de diciembre, horas antes de Navidad, sicarios asesinaron un padre y su hija, en la vía Manta-San Mateo, en la provincia costera de Manabí.
Las víctimas fueron identificadas como Eduardo Salvador Mera Cedeño, de 45 años, y Claudia Mera Rivas, de 24 años. Ambos se desplazaban en un vehículo Toyota New Fortuner cuando fueron atacados por los sicarios.
Este crimen fue parte de los 6.900 homicidios intencionales que hubo en Ecuador, de enero al 28 de diciembre de 2024. Con una tasa de homicidios intencionales de 38,4% por cada 100.000 habitantes, este año terminó siendo el segundo más violento de su historia. Solo superado por 2023, que tuvo 8.008 homicidios.
Carolina Andrade, actual secretaria de seguridad de Quito, señala que las cifras de 2024 muestran que se mantuvo una tendencia de inseguridad, que creció de manera mensual. “Eso significa que no se logró revertir esta tendencia de violencia en el país”.
Además, menciona que este problema no se solucionará sin priorizar los recursos del presupuesto general del Estado. “Los recursos deben ir a inversión social: seguridad, educación, salud. Con esos tres pilares se podrá hacer presencia efectiva en los territorios que están tomados, en estos momentos, por el crimen organizado y que el Estado no ha podido recuperar”.
¿Qué pasará este nuevo año?
Para la especialista en seguridad, Carla Álvarez, hay un punto clave a tomar en cuenta este 2025: Ecuador atraviesa por un momento de “gran inestabilidad política, económica y social”, porque está en la antesala de un cambio de autoridades.
Álvarez menciona que los actores de la contienda política (incluido el Daniel Noboa, que es el actual presidente y es candidato a la reelección) estarán más preocupados por ganar votos que en realizar obras estructurales o emprender grandes proyectos.
“Al menos el primer semestre de 2025, no será un momento en el que se implementen iniciativas para cambiar la situación de inseguridad del país. A lo sumo, el gobernante-candidato, buscará la contención de algunos brotes de violencia e inseguridad, que no le perjudiquen ante sus electores”, indica.
Carolina Andrade también concuerda en que este 2025 estará marcado por las elecciones presidenciales. Para ella, se debate un modelo que busca continuar con el conflicto armado interno, “incluso por sobre el respeto y la garantía de derechos humanos”.
Por otro lado, menciona, hay un modelo con propuestas integrales, que buscan abordar la criminalidad con firmeza, garantizando derechos y construyendo paz.