Para la psicóloga clínica, Karina Vélez, la agudización de emociones, como ansiedad, estrés o agresividad por los apagones podría deberse a un trauma que se arrastra desde la pandemia.
Que llegó a un estado de desesperación por no saber que hacer debido a los apagones de 14 horas diarias programados por el gobierno de Daniel Noboa, asegura Paola.
Ella tiene 34 años y comenta que no poder contar con energía eléctrica ni en casa ni en el trabajo ha incrementado su estrés, pero principalmente su ansiedad.
Para ella una de las cosas que más le ha afectado es la modificación en los horarios del «ritmo de vida normal».
Indica ejemplos concretos, como el tener que levantarse de 00:00 a 04:00 de la madrugada a realizar actividades, aprovechando que a esa hora tiene luz en casa.
A estas emociones se suma el temor, ya que en las noches llega a su hogar en total oscuridad. Camina rápido por si alguna persona o vehículo quiere ocasionarle daño.
Para la psicóloga clínica, Karina Vélez, esta agudización de emociones podría deberse a un trauma que se arrastra desde la pandemia.
Esto crea nuevamente una sensación de que «algo malo va a pasar», lo que trae cambios bruscos de humor.
La profesional sugiere identificar emociones como insomnio, irritabilidad, preocupación, tristeza o ansiedad para saber que algo no está bien y buscar ayuda.
Teleasistencia en salud mental
Dice que una opción es la línea gratuita del Municipio de Quito, cuyo número es 101 opción 9. Si el problema es grave o una emergencia puede comunicarse al 911.
Cuenta que desde hace un mes a su consultorio han llegado más de seis pacientes buscando ayuda por grados de ansiedad elevados e incluso niños con síntomas de agresividad.
Asegura que la razón son los apagones.
La médica sugiere, en primer lugar, buscar ayuda profesional o realizar actividades que le agraden.
Finalmente hace un llamado a cuidar la salud mental y a recordar que el aislamiento tanto físico como virtual, puede traer problemas constantes para la estabilidad emocional.