Billy Navarrete insistió en que la construcción de cárceles es un derroche de dinero, mientras no exista una política pública de rehabilitación social.
Billy Navarrete, director del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), destacó que la intención de construir dos cárceles en Santa Elena y Pastaza, no es una solución a largo plazo, mucho más si el Estado ni siquiera ha podido controlar las que ya existen.
Navarrete recordó que quienes administran las cárceles del país son las organizaciones criminales, con ayuda de la misma fuerza pública que se supone debe controlar que no se ingresen armas a los centros. Pero ocurre todo lo contrario, razón por la cual han fallecido alrededor de 650 personas en las masacres desde el 2019.
“Se requiere desarrollar una política de rehabilitación como lo ofreció Daniel Noboa”, agregó.
Además, Billy Navarrete sostuvo que el propio Gobierno de El Salvador ha aclarado que sería imposible implementar el sistema penitenciario de su país, si en Ecuador las cárceles están bajo el control de las bandas.
“La ausencia de control en el sistema, deja sin base sólida a estas propuestas de construir cárceles”, reiteró.
El activista citó lo ocurrido con la cárcel de La Roca, que luego de la salida de alias “Fito” fue destruida por una organización criminal, dejando un mensaje plasmado y ahora ese centro no se puede usar.
La condición actual de las cárceles es por debajo de precaria, pues con una población de más de 35 000 personas, no hay acceso a la salud, alimentación adecuada y sobre todo, la mayoría de privados de libertad está sujeta a la extorsión, es decir no hay garantías mínimas para el derecho a la vida.
Para Billy Navarrete la crisis carcelaria es resultado de los acuerdos que se hicieron entre las autoridades y las organizaciones que operan dentro de las prisiones, donde se otorgó privilegios a los líderes.
“Detrás de eso hay un desangre y un deterioro de condiciones de vida no solo de prisioneros sino de sus familiares que están sufriendo el trauma y sobre el cual no hay respuesta consistente”, remarcó.
Con ese contexto, Billy Navarrete insistió en que la construcción de cárceles solo se trata de un derroche de dinero, mientras no exista una política pública de rehabilitación social.