Cientos de censistas han renunciado por el destrato, los abusos y el incumplimiento del INEC. A un día de que termine el censo presencial, los que se quedaron, temen no recibir su salario a tiempo.
Punto Noticias. «Si no les gusta pueden renunciar». Los censistas y supervisores que han reclamado sus derechos laborales han recibido este tipo de respuestas o incluso peores. El censo 2022, organizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), termina este domingo 18 de noviembres y quienes fueron contratados para estar en campo temen no recibir sus pagos a tiempo.
Tenían su chaleco azul, la gorra amarilla y mostraban a las cámaras las ‘tablets’ que les entregaron para realizar las encuestas. El 7 de noviembre inició el censo presencial, pero no todos los censistas recibieron su indumentaria y los equipos desde ese día.
Andrés -nombre protegido- tuvo que esperar una semana para que le entreguen la tablet y el chaleco. Pese al retraso, que no fue su responsabilidad, sus superiores lo presionaron a que cumpla con las 15 cargas (viviendas) diarias que le correspondía.
«Trabajé más de 12 horas para lograr igualarme por una falta de ellos porque ellos no me entregaron a tiempo la tablet», reclamó.
Junto a él, un grupo censistas denunciaron las irregularidades, presiones y destrato que han recibido de la institución.
Cargas diarias, multas e inseguridad
Cada censista tiene cerca de 600 viviendas a su cargo y deben completar 15 diarias, del 7 de noviembre al 18 de diciembre. Hasta el 30 de noviembre debían tener 300 casas censadas para poder recibir su pago porque en sus contratos tienen una cláusula del 1% de multa por cada día de retraso.
A diferencia del último censo, no hay una disposición de estar en casa y los censistas se enfrentan a diferentes inconvenientes: antes de las 08h00 en las viviendas les dicen que están apurados, por la noche piden que regresen al día siguiente, algunos han expresado su rechazo al censo y otros han cerrado tajantemente las puertas de los encuestadores.
A Joselyn, nombre protegido, le restan cerca de 70 casas para terminar su asignación total, pero de estas, todas le han dicho que no desean censarse. Teme que al entregar su informe le multen por no completar su carga.
Ella tuvo que trabajar más de 12 horas para completar las 300 casas hasta finales de noviembre porque el primer día del censo fue víctima de un asalto.
“Caminaba cerca de las 09h00 y vi a dos hombres que se acercaban, intenté irme para otro lado, pero me robaron la Tablet”, explicó. Joselyn llamó a su supervisor y luego de casi una hora llegó la Policía.
Aunque las autoridades del INEC repetían de los convenios con la Policía para la seguridad de los censistas, esto nunca ocurrió. La mayoría no tuvo el acompañamiento y cuando recurrían a las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) a solicitar apoyo los uniformados decían desconocer cualquier disposición al respecto, incluso, algunos policías se escondían para no atender a los censistas.
Joselyn presentó la denuncia en Fiscalía y le tomó casi cuatro días realizar las gestiones para que el INEC le entregue otra Tablet y pueda continuar con su trabajo, pero nunca llegó otro equipo.
El supervisor de Joselyn le prestó su Tablet y la acompañó en jornadas de casi 14 horas para igualarse por los días que perdió debido al robo. El asaltó ocurrió el 9 de noviembre y recién el 12 de diciembre el INEC entregó otra Tablet al supervisor.
No hubo solidaridad por lo ocurrido, únicamente llegaban presiones de cumplir con las cargas y las amenazas de que si no cumplen no tendrán el pago completo.
Incluso, conoce que le descontaron $50 por el valor deducible del equipo. Aún no sabe realmente si le van a descontar dicho monto porque su sueldo de noviembre, hasta el 17 de diciembre, aún no lo recibía.
“Se abusan de la necesidad que uno tiene. No hay empleo en el país y se abusan de que realmente necesitamos ese dinero”, reclamó Amparo, otra censista que reclama que en los chats con sus superiores no reciben más que presiones.
“Un día que estaba nublado, como que iba a llover, nos escribe nuestra coordinadora a decir: bueno, como está así el día entonces las personas de ley se quedan en las casas así que quiero el doble de cargas (30) en este día”, relató.
Amparo no estuvo desde el primer día. Ella llegó por la renuncia de uno de los censistas que se fue tras reclamar la falta de garantías para realizar su trabajo. Solo en una parroquia al norte de Quito, que por temor de represalias contra los denunciantes no la publicamos, han renunciado 50 personas. Por el incumplimiento y la desorganización.
Ha tenido que recorrer sola las calles de barrios peligrosos, sin seguridad ni apoyo de la misma institución. En medio de una nueva ola de contagios, de influenza y COVID-19, quienes se contagiaban, incluso con prueba positiva de coronavirus, eran obligados a cumplir con sus cargas y tenían que seguir censando. No les permitieron tener el reposo que dispone el Ministerio de Salud y tampoco podían aislarse par evitar más contagios porque recibirían la multa en sus sueldos.
Retraso en los pagos
Los censistas firmaron un contrato por $622 por el primer periodo, correspondiente a noviembre, y por $373 por el segundo periodo, que corresponde al mes de diciembre.
Los contratos firmados son del 1 de noviembre de 2022 al 4 de enero de 2023. El primer pago sería a inicios de diciembre, luego les dijeron que será el 12 de este mes, pero en una reunión con las autoridades del INEC les aseguraron que sería el 15. El gerente del Proyecto del Censo, Luis Lara, dijo que el pago sería el 19 de diciembre. El evidente incumplimiento generó malestar en los censistas y supervisores que realizaron protestas y paralización de sus actividades.
Ante la presión, el INEC publica un comunicado el 16 de diciembre, en el que asegura que el pago ya fue realizado y que en las próximas horas se haría efectivo. Hasta este 17 de diciembre aún no reciben su salario.
El lunes 19 de diciembre deben hacer la entrega de los equipos, una vez que finalizó el censo presencial, pero hasta el momento aún no les han pedido las facturas para gestionar el pago de este mes. Por lo que temen que ese dinero llegue a mediados de enero.
Censistas han denunciado y reclamado por sus derechos y la respuesta han sido amenazas para que no divulguen las irregularidades del CENSO 2022. Las amenazas no han cesado y
Desorganización
En las casas en las que no encontraban a ninguna persona a quienes preferían realizar el censo en línea, se les entregaba un número de teléfono para que reciban un código y puedan acceder al formulario. Sin embargo, cambiaron tres veces de número porque no funcionaban y en las publicidades que colocaban o entregaban a las personas se mantenía el primer número.
Las personas que lograban contactarse y recibir el código reclamaban que nunca sirvió el censo en línea. Los encuestadores recibían estas quejas al punto de desistir de ofrecer el censo en línea porque el sistema nunca funcionó en estos días.
En varias sedes les entregó recién -a una semana de terminar el censo- la publicidad que debían colocar en los barrios para que las personas conozcan del censo. Los afiches y los volantes llegaron casi dos meses después de iniciado el censo presencial.
El 15 de noviembre la entidad tuvo un problema en su sistema informático. El INEC desmintió que fue un ataque a los datos recopilados, pero los censistas no podían abrir los formularios ni realizar ningún tipo de encuesta. Sus superiores les dijeron que no trabajen, pero para finales del mes sí les exigieron que debían cumplir con la cargas de ese día.
“Nosotros nos quedamos porque necesitamos ese dinero. Muchos se fueron cuando vieron que todo estaba mal”, reclamó Mario, otro joven censista que, ante la falta de oportunidades laborales, se inscribió para ser parte del CENSO 2022, esperando, al menos, dos meses de pago y trabajo digno, pero nunca se imaginó que llegaría a rogar por su salario y a tener que soportar abusos laborales.