Estudiantes y trabajadores aseguran que se sienten incómodos, sin embargo, no tienen otra opción.
Con estudiantes y trabajadores ocupando sus mesas, es como lucen los patios de comida de los centros comerciales de Quito.
Pero no precisamente están comiendo o conversando o en u momento de esparcimiento. Se encuentran trabajando y estudiando ya que en sus hogares no pueden hacerlo, pues no tienen luz.
Una de ellas es Andreina Durán, quien nos cuenta que a en ocasiones permanece trabajando, incluso, hasta las 11 de la noche en un centro comercial.
Indica que para poder hacerlo compra algún alimento o bebida en el patio de comidas, sin embargo, cuando lo termina, le toca disimular y se sentía muy incómoda.
Lo mismo le sucede a Patricia Gamboa, a quien la encontramos terminando una reunión de trabajo virtual. Asegura que los apagones no le permiten trabajar y que incluso está retrasada con pendientes de la oficina.
Junto a los trabajadores encontramos a estudiantes, con cuadernos, esferos y computadoras en las mesas del centro comercial.
A algunos los acompañan sus padres a otros no. Bruna, por ejemplo, dice que también consume alguna bebida para poder estar ahí.
El tiempo que le toma estar en el centro comercial terminando sus tareas es de entre dos y tres horas.