La guerra entre Comandos de Frontera y el frente Carolina Ramírez por el control del narcotráfico y la minería ilegal ha cobrado decenas de vidas y afectado a comunidades fronterizas de Colombia y Ecuador.
Punto Noticias.- Una volqueta descargó 18 cuerpos sin vida sobre una cancha. Las víctimas eran parte de las víctimas que ha dejado la confrontación entre los grupos Comandos de Frontera y el frente Carolina Ramírez.
La primera organización se conformó por antiguos integrantes de las extintas FARC y miembros de grupos narcotraficantes como La Constru y la mafia de Sinaloa, mientras que la segunda organización se conformó únicamente por disidentes de las FARC.
La matanza de las 18 personas ocurrió en noviembre de 2022, en el municipio de Puerto Guzmán, en el departamento de Putumayo. Esta es una zona fronteriza de Colombia con Ecuador.
Según recoge una crónica Vorágine, estos 18 muertos terminaron expuestos al sol, descomponiéndose a la intemperie, porque ninguno de los dos grupos permitió que alguien recogiera los cadáveres.
Crímenes
Para hacerse con el control de las rutas del narcotráfico, de los territorios donde se siembra la hoja de coca y de las rentas de la minería ilegal, Comandos de Frontera y el frente Carolina Ramírez se declararon la guerra.
Tan solo en el 2023, 60 personas, que no tenían nada que ver con el conflicto armado, fueron asesinadas.
Además, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito menciona que Putumayo pasó de tener 28.205 hectáreas sembradas de coca en 2021, a 48.034 hectáreas de coca en el 2022.
Si eso fuera poco, en estos últimos años, en la zona del Putumayo, ambas organizaciones recurrieron a reclutar a menores de edad.
La Defensoría del Pueblo de Colombia señaló que la guerra entre los dos grupos ocasionó desplazamiento forzado, homicidios, atentados, amenazas, desapariciones forzadas y la vinculación de niñas, niños y adolescentes a estructuras armadas.
“El control social ejercido por ambos grupos ilegales ha llegado a los extremos de exigirles documentación a las personas para entrar y salir de los territorios. Incluso expiden permisos para el ingreso de personas ajenas a las veredas, prohíben la movilidad por los ríos o carreteras entre las seis de la tarde y las cinco de la mañana”, se señala en Vorágine.
Esta guerra se ha trasladado a las fronteras y ha afectado, por lo menos, a 35 comunidades indígenas, como la secoya, kichwa y huitoto, que viven del lado peruano y ecuatoriano.
Comandos de frontera en Ecuador
La Policía capturó a 17 personas en el operativo “Gran Fénix 40”, el jueves 29 de agosto, en las provincias de Sucumbíos, Orellana, Guayas, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Los detenidos eran miembros del grupo Los Lobos y Comandos de Frontera.
Según investigaciones de la Policía de Ecuador, Comandos de Frontera están en capacidad de ejecutar operaciones violentas y complejas, como secuestros, extorsiones, asesinatos y traficar droga y armas.
Su presencia en Ecuador está, especialmente, en la provincia de Sucumbíos, que colinda con el departamento colombiano del Putumayo. Y en la zona selvática del oriente.
InSight Crime señaló que, en los territorios amazónicos, sobre todo en zonas rurales, Comandos de Frontera realizaron amenazas, homicidios, confinamientos, reclutamiento forzado de niños, adolescentes y mujeres.
Minería ilegal y extorsiones
En el lado colombiano, Comandos de Frontera y el frente Carolina Ramírez tiene presencia en el Putumayo, Caquetá y Amazonas, por hacerse del control de la minería ilegal y los cultivos de hoja de coca, cuyas rentas anuales pueden ascender a más de USD 2.400.000.
El portal Vorágine señala que los fondos ilegales de estos grupos también crecen por las llamadas “vacunas” a los pequeños mineros, a quienes cobran por sacar el metal precioso de los ríos Caquetá y Putumayo.
Por la cuota de extorsiones, Comandos de Frontera y al frente Carolina Ramírez, esto podría llegar a los USD 91.000, por draga o dragón (una draga es una máquina acuática que sirve para extraer material sumergido y sacarlo a la superficie), según cálculos oficiales.
Los Comandos de Frontera y el frente Carolina Ramírez cuando tienen el oro, buscan venderlo en el exterior.
Así sacan el oro por los ríos Putumayo y Caquetá, y los ríos Cotuhé y Amazonas, hasta la localidad de Tefé, un poblado en la Amazonía de Brasil, donde los emisarios negocian el oro sin impedimentos.