Tras el asesinato de Eduardo Mendúa, organizaciones indígenas y miembros de la comunidad Ai Kofán continúan señalando como responsable de la muerte del líder indígena, a la empresa Petroecuador EP.
Eduardo Mendúa tenía 40 años y era dirigente de la nacionalidad Ai Kofan, de la comunidad Dureno de la provincia de Sucumbios. Fue asesinado el 26 de febrero, cuando se encontraba en su chacra junto a su esposa.
Mendúa era conocido por su resistencia frente a la extracción Petrolera. Esta sería la causa de que le hayan arrebatado la vida, según testimonios de sus familiares y compañeros de lucha de las diferentes organizaciones indígenas, quienes se sumaron al velorio de sus restos esta mañana en una ceremonia realizada en la comunidad de Dureno.
El líder indígena tenía seis hijos, su hermano mayor también fue asesinado el 19 de mayo de 2022, se presume que por la misma causa.
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, cada mes, cuatro lideres indígenas son asesinados en Latinoamérica por defender sus derechos.
Las organizaciones indígenas y los miembros de las diferentes comunidades responsabilizan al Estado de estas muertes; en el caso de Eduardo Mendúa, tanto la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae) y su familia, señalan directamente a la empresa Petroecuador EP como “culpable” de este crimen.
Eduardo Mendúa, quien también era dirigente de relaciones internacionales de la Conaie, se mantenía en resistencia frente a la explotación petrolera en su comunidad, él era un rostro visible contra el extractivismo incluso a escala internacional.
El dirigente rechazaba la extracción en 30 pozos petroleros, además reclamaba porque la compañía petrolera había fragmentado la comunidad y se quejaba por la intromisión inconstitucional en el territorio debido a la falta de consulta previa, según decía.
#EduardoMendua #PetroEcuador #Ecuador #Vilmatraca #Caricatura pic.twitter.com/KRw5EVL4on
— Vilmatraca (@vilmavargasva) February 27, 2023
Fragmentación de la comunidad
El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, junto a otros dirigentes indígenas se pronunciaron en el funeral de Mendúa, aquí destacaron el papel de la petrolera en el territorio AI Kofán, una de las 11 nacionalidades indígenas amazónicas del Ecuador.
“El caos y división en el territorio vienen de la presión ejercida en el territorio de la comunidad I Kofán de Dureno, a través de los diferentes gobiernos, que han generado división entre los hermanos de la misma nacionalidad. No es un conflicto interno como hemos escuchado a los ministros y al mismo gobierno”, subrayó Iza.
Este es un escenario que se replica en todo el país, asegura el activista ambiental, Alberto Acosta. Quien sostiene que romper el tejido social es violencia.
“Quien dispara el arma asesina, pero existen, también, los autores intelectuales. El verdadero responsable es el extractivismo minero o petrolero, que en los últimos gobiernos ha multiplicado las violencias físicas, simbólicas y psicológicas contra comunidades y ecosistemas en territorios directamente afectados por decenas de megaproyectos extractivistas”, explica Acosta.
La estrategia “divide y vencerás” es la que aplican las diferentes mineras y petroleras para poder cimentar sus proyectos en las comunidades comunidades ancestrales. Según detalló el líder indígena, Leonidas Iza, a la comunidad de Dureno llegó Petroecuador con una supuesta “inversión” de USD 300 mil, “debido a la pobreza, una parte de la comunidad aceptó recibirla y otra no lo hizo, ahí nacen las divisiones”, detalló el dirigente.
Para Acosta, esta forma de operar no es nueva; explica que esta estrategia se usa en muchas partes, generando tensiones y diferencias que terminan en enfrentamientos entre comuneros e inclusive entre familiares.
“Hay grupos que aceptan esas acciones de ´apoyo´ de las empresas (empleos, caminos, escuelas, centros médicos…) y otros grupos no lo aceptan, como sucede en muchas comunidades con la minería. Las empresas, en algunos casos, incluso tienen bandas armadas. Y en otros cuentan con el respaldo militar y/o policial lo que provoca nuevas y más profundas rupturas sociales”, sostiene Acosta.
Distorsión del desarrollo de las comunidades
Wladimir Sierra, sociólogo y catedrático universitario, explica que la presencia de empresas mineras y petroleras en territorios y comunidades ancestrales provoca distorsión en la vida social y cultura de las comunidades debido a la diferente forma de compresión de la realidad de ambas partes.
“Las petroleras y mineras lo que buscan es la extracción de recursos naturales para su comercialización dentro del sistema capitalista moderno, todo esto es ajeno a la reproducción de la vida de las comunidades indígenas amazónicas”, indica Sierra.
Cuando estas empresas se insertan en los territorios, la conexión entre los pueblos se ve afectada debido a que algunos miembros de la comunidad buscan de algún modo beneficiarse de la extracción de las materias primas, mientras que otros enfrentan la fragmentación de su territorio por el daño provocado.
“Hay que entender que para el pensamiento moderno estos lugares son reservorios de riquezas, los indígenas perciben su territorio como el lugar donde se reproduce su vida material y espiritual”, explica el experto.
¿Quién es responsable por los crímenes de defensores ambientales?
Según detallan los expertos, estas serían las razones por las que las comunidades indígenas responsabilizan al Estado de los crímenes contra defensores del medio ambiente, ya que, es el gobierno el que decide si intervenir o no estos territorios para extraer recursos. Incluso actúan de forma ilegal al pasar por alto el derecho a la consulta previa reconocido en la Constitución de Ecuador y también respaldada por organismo internacionales de defensa de los Derechos Humanos.
La intervención en estas zonas quita la posibilidad de desarrollo de la vida cultural y social de las comunidades, según los expertos.