Editorial de Radio Pichincha
Ya llegamos a viernes. Ya estamos cerrando una semana. Y seguimos contando muertos, masacres, abaleados y un sinnúmero de crímenes. Pero parecería que normalizar esta realidad es el propósito de un régimen que no atina ni cómo asumirse como responsable y menos aún ofrecer una solución SENSATA, PLAUSIBLE, REAL Y ADEMÁS INMEDIATA.
Ayer vimos a don Guillermo luciendo “traje de luces” para entregar medallas a los familiares de los policías muertos, con su colección de gorras para exhibirse como un “hombre de acción” y con una reunión en la Academia de Guerra de las Fuerzas Armadas para sentirse protegido, aunque más parece que con ello hace alarde de una debilidad infinita.
Todo indica que con un maquillaje mediático y performático se quiere lavar toda la sangre derramada esta semana. Literal: LAVAR SANGRE.
Y como si no fuera parte del problema, don Guillermo les dijo al Ministro del Interior y al Comandante General de la Policía: “Tenemos la obligación de encontrar a los responsables de estas muertes en el menor tiempo posible. Llevarlos a la justicia y hacerlos pagar por su responsabilidad en estos asesinatos”.
¿Cuántas veces hemos escuchado ese sonsonete? ¿Es posible creerle después de tantas masacres carcelarias y tantos asesinatos a policías, guardias penitenciarios y ciudadanos inocentes? Cuando dice que lo harán “en el menor tiempo posible” parecería que es una burla porque hasta ahora de los detenidos no tenemos certeza de sus responsabilidades penales y, a ratos, más suena a FALSOS POSITIVOS que a detenciones producto de procesos investigativos certeros.
Se ha instalado en el país el miedo, el desasosiego y la incertidumbre con más angustia y desesperación. Y no es un lugar común ni un estribillo. Los encuestadores y las empresas de consultoría política lo dicen: más del 60% de la ciudadanía no tiene ninguna confianza en el futuro inmediato y más del 90% no cree que la solución pase por las manos de don Guillermo. Al contrario, ya hay un 65% que cree que la solución a todos los problemas de ahora es la renuncia o destitución del actual mandatario.
Tan es así que sus acólitos de la Mafia Mediática cada vez suman más decepción y hacen explícito su dolor.
¿Cuándo será el día que tengamos que hablar de otra cosa que no sea la violencia criminal y, sobre todo, la ausencia de un Estado y un presidente incapaz de entender la realidad y su propia condición?
Qué pena todo, qué miedo todo, qué TRISTEZA. PUNTO