Editorial de Radio Pichincha
Si los gobiernos locales; es decir, municipios y prefecturas, no estuvieran activos para atender las emergencias del invierno, la ciudadanía estaría desamparada si esperara algo del Gobierno central.
Más de una semana de deslaves, desfogues y ríos desbordados y los ministerios y secretarías del ramo parece que no existieran, como si con ellos no fuera la cosa. Así pasa con la seguridad, con la educación, con la migración y con los servicios elementales.
Cuando el liderazgo se prueba y las instituciones funcionan se nota, se percibe y la población agradece. Incluso, siendo un invierno advertido y una serie de indicios alertaron, el Estado quedó inmovilizado y solo reaccionando según las circunstancias.
¿Ya se olvidaron de Alausí? ¿Ya nadie se acuerda o informa que superaron los 40 muertos? ¿Que los terrenos ofrecidos para la construcción de casas ni siquiera se han ubicado y formalizado el trámite? YA NADIE SE ACUERDA, sobre todo en Carondelet.
Por cierto, no hay cadenas nacionales para informar a la ciudadanía de lo ocurrido y de las medidas de prevención y atención urgente. Esas cadenas solo sirven para que don Guillermo advierta de la muerte cruzada, para acusar a la oposición de desestabilización y para ofender a la oposición democrática. ¿Se le olvidó que en cualquier democracia madura la información es vital para tomar decisiones y eso pasa por equipos técnicos preparados y capacitados para los escenarios de riesgo?
Claro, como don Guillermo está convaleciente y su vicepresidente nadie sabe por dónde anda, entonces sus ministros (tan ineficientes en todo) brillan por su ausencia o pasan de paseo como ese canciller que pidió choferes y autos para pasar en la playa durante el feriado. Tienen abogados para ir a la Asamblea y ofender a las mujeres interpelantes, pero no para trabajar en documentos que garanticen a las familias afectadas por el invierno procesos de reparación y subvención.
¿Y así es como quieren mantenerse en el poder?
Parece que solo les interesa aumentar la reserva monetaria en Ginebra y no gastar los recursos en las emergencias. Queda claro entonces que si no fuera por los gobiernos locales este invierno estaría destrozando pueblos y ciudades y el gobierno central desaparecido o impávido con quienes tiene responsabilidades constitucionales. PUNTO