Un crematorio legal debe contar con un horno especial para animales, estar ubicado fuera de la ciudad y contar con Luae.
Cremar a una mascota es un proceso por el que se opta para conservar los restos de un amigo de cuatro patas. Quienes deciden no enterrarlo, guardan las cenizas en cofres, plantas o cajas a su elección.
«Es la mejor opción para no contaminar el suelo o terrenos de la casa, ya que muchos animalitos fallecen con enfermedades«, explica Santiago Escobar de Huellas Memorables.
El proceso se realiza dentro de un horno de cremación especial para animales, el lugar debe estar ubicado fuera de la ciudad y contar con el debido permiso y licencia.
Según datos de la Unidad de Bienestar Animal del Municipio de Quito, UBA, en 2024 únicamente se registraron dos denuncias sobre crematorios de mascotas clandestinos.
🔴 #Atención || Cremar a una mascota es una opción para conservar los recuerdos. En Quito, existen varios crematorios, pero según denuncias, muchos de ellos funcionan de forma clandestina. ¿Qué debemos conocer antes de acudir a uno de estos centros? pic.twitter.com/4Kx7aWCdnp
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) January 14, 2025
Sin embargo, para Escobar, existen más de dos crematorios clandestinos dentro de la ciudad.
«No tienen la Licencia Única para Actividades Económicas, Luae, ni ambiental y la mayoría no tiene horno. Engañan a la gente con un permiso veterinario o funerario. Juegan con su dolor» comenta.
Añade que dichos crematorios utilizan kerex, una sustancia altamente contaminante.
Escobar hace un llamado a mantenerse alerta ante estas recomendaciones. También sugiere fijarse en los precios que varían entre USD 120 y USD 250, dependiendo del tamaño de la mascota.
Para él, las preferencias a este proceso se han incrementado, indica que depende el día, se creman de 3 a 6 mascotas. No solo perros y gatos. Ha cremado tortugas, gallinas e incluso zarigüeyas.