Editorial de Radio Pichincha
Nadie estaba preparado para afrontar una nueva elección presidencial y legislativa, en un tiempo tan corto, pero don Guillermo puso a correr a más de uno con el Decreto de la Muerte Cruzada y, aunque esto lo hizo para salvarse del juicio político, también desnudó la triste verdad de la mayoría de los políticos en el país.
Con nuevas elecciones a la vista aparecen los “cuadros de siempre” para intentar conseguir un espacio en la papeleta y, una vez más, se evidencia que la mayoría de partidos, organizaciones y movimientos políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa para sobrevivir.
Empecemos por uno de los partidos más antiguos del país, la Izquierda Democrática, cuyos principios ideológicos, al menos en papel, distan mucho de la actuación de la mayoría de sus “líderes”. Dalton Bacigalupo se autoproclamó como vocero del partido y sin ningún tapujo anunció su apoyo abiertamente a la candidatura del denunciólogo, Fernando Villavicencio.
SUMA auspiciará la candidatura del ex vicepresidente de Moreno, Otto Sonnenholzner. Sí, el partido de uno de los peores alcaldes de Quito se juntará con el vicepresidente de uno de los peores Gobiernos de la historia para intentar llegar al poder hasta el 2025
En el caso de Democracia SÍ, ya nada nos extraña, ya que siempre han estado al servicio del mejor postor. Lo demostraron con Moreno, con Lasso y ahora lo demuestran con Yaku Pérez, a quien auspiciarán para que llegue a la Presidencia. Es decir, el partido que gobernó abiertamente con Lenín Moreno intentará conseguir nuevamente el poder con otro desertor.
MOVER es el partido que se formó con lo que quedó de Alianza PAIS, luego de la traición de Moreno en el 2017. De momento, no está clara su ideología y no volvieron a ganar una elección, luego de la salida del expresidente Rafael Correa. A pesar de esto, ya anunciaron abiertamente que apoyarán la candidatura de Daniel Noboa, hijo del empresario Álvaro Noboa Pontón. Como lo escucha, el partido político que decía representar al progresismo y a las izquierdas ahora pondrá como su candidato presidencial al hijo del hombre más rico del país.
Y así podemos mencionar muchos ejemplos más, como el de Centro Democrático que ahora propone como su candidato a otro empresario, Eduardo Maruri Miranda, o el Partido Social Cristiano, que ante la falta de cuadros propios ahora apoya a Jan Topić.
Lamentablemente, esa es nuestra política y son pocos los movimientos y organizaciones serios y coherentes que mantienen una misma línea ideológica y política. Y, aunque aún faltan varios días para que se oficialicen las candidaturas, no debería extrañarnos encontrar más de estas sorpresas y, sobre todo, más alianzas por conveniencia. PUNTO