Tenemos una ministra que no se juega el puesto como entidad competente para declarar servicios esenciales, cerramos el año con la digna rabia, agregó.
Geraldine Guerra, presidenta de la Fundación Aldea, manifestó que el 2022 concluye de manera nefasta por los niveles de violencia e infame por la falta de política pública por parte del Estado.
“Tenemos un Presidente que miente y no cumple lo ofrecido en los diálogos con las organizaciones de mujeres”.
Reprochó la actitud de la ministra de la Mujer, Paola Flores, quien ha tratado con desplante y desprecio a quienes se encargan de las casas de acogida y centros de atención externa.
“Tenemos una ministra que no se juega el puesto como entidad competente para declarar servicios esenciales, cerramos el año con la digna rabia”.
Alertó que este año hay un alto riesgo de que dos casas de acogida en la Amazonía se queden sin presupuesto y pese a ello la ministra no ha hecho nada por rescatar a las únicas organizaciones que hacen algo por las mujeres en situación de vulnerabilidad; sin embargo, dijo, se toma de su trabajo para presentar cifras en Ginebra.
Informó que la semana pasada Flores citó a las representantes de más de 20 servicios de atención en el país, quienes llegaron a Quito con sus propios recursos luego de varias horas de viaje.
“La ministra ni siquiera bajó a saludar, solo mandó asesores”.
Reprochó el constante desprecio y hasta chantaje por parte de la titular del Ministerio de la Mujer, pues condiciona a las organizaciones a firmar convenios o sino se quedan sin dinero: “Es como que el Estado nos obliga a pedir migajas, cuando somos organizaciones con más de 30 años de trayectoria”
María Belén Bernal
Se preguntó cómo el Estado a través de sus gobernantes puede criticar a una madre cuya hija ha sido víctima de femicidio.
“Lo que hacen a Elizabeth es vergüenza y lo único que reafirma es que desde el Estado hay un discurso de impunidad total y hay omisión de lo que debe hacerse”.
Puntualizó que el caso de Belén vino a develar la podredumbre que existe en las instituciones del país y de cómo se maneja el sistema, pues pese a lo mediático del femicidio, aún no se puede conseguir verdad y justicia.