Según los datos levantados por las propias colectivas feministas, apenas el 29% de los casos ha alcanzado una sentencia por femicidio.
El femicidio de María Belén Bernal sacude a la opinión pública y algunas de las preguntas que surgen en este contexto son: ¿qué debe hacer una persona si presencia el maltrato a una mujer? ¿Cuáles son las obligaciones de la Policía cuando alguien de sus filas está involucrado en crímenes? ¿Está la justicia ecuatoriana preparada para tratar violencia de género? ¿Por qué quedan en la impunidad estos casos?
Sin duda, esas son preguntas muy difíciles de responder porque los discursos machistas siguen responsabilizando a las mujeres por lo que hacen o dejan de hacer. Así que es prioritario analizar la última duda, ya que se conoció que mañana, jueves 23 de febrero, el juez Germán Gallo brindará su dictamen. Y decidirá si Germán Cáceres y el subteniente Alfonso Camacho van a juicio por el femicidio de María Belén Bernal.
La defensa del expolicía Cáceres solicitó el cambio del tipo de delito, femicidio por homicidio, que tiene una pena menor. Ese hecho nos conduce a reflexionar en torno a si las familias de víctimas de violencia de género tienen las herramientas para avanzar con sus denuncias.
Para la abogada de Surkuna, Mayra Tirira, una de las falencias que no permite alcanzar una sentencia por femicidio parte desde los jueces y fiscales, que no tienen la preparación para analizar los casos con una mirada de género.
No pasa solo por la tipificación del delito sino por la investigación. Muchos de los casos quedan en la impunidad porque no se realiza una investigación transparente, solo determinan que hubo un suicido o accidente”, agrega Tirira.
El sistema revictimizante, los costos que implica denunciar y hasta la falta de acceso a la justica han provocado que las denuncias por femicidio se sigan entorpeciendo.
La sana crítica de los jueces, un término que debería importarnos
Al momento de presentarse las pruebas en un proceso judicial, los jueces tienen la obligación de mirar los argumentos desde una “mirada crítica”. Basándose en la lógica y la experiencia, a eso se lo conoce como “la sana crítica del juez”.
“Creo que es fundamental que las Cortes tengan un sistema de paridad. La mirada de género sobre las pruebas en una sana crítica, podría mejorar las condiciones en que las mujeres se enfrentan a los procesos judiciales para alcanzar algo de justicia. Principalmente, para entender los casos de violencia de género».
Por ejemplo, en los casos de abuso sexual, algunos jueces han considerado que las mujeres “lo querían”, explica la abogada. Esta sana crítica utilizada desde la mirada patriarcal de los jueces no ha permitido que se juzguen sin estos sesgos muchos de los casos de violencia de género.
¿Qué dicen las estadísticas?
De acuerdo con Fundación Aldea, ya se han producido 1 378 femicidios, desde el 2014, cuando se tipificó el femicidio. El artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal tipifica el femicidio como: “La persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, de muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género». Y será sancionada con pena privativa de la libertad de 22 a 26 años.
Pese a esas cifras, de acuerdo con las publicaciones del Consejo de la Judicatura el número de sentencias no llega ni a 400. Eso muestra que más de 900 casos se encuentran en la completa impunidad. “La posibilidad de sancionar un caso de femicidio en Ecuador es casi nula”, expresa Tirira.
¿Cómo se establece una relación de poder?
El control, el maltrato, agresiones físicas y sicológicas que en su mayoría son parte de una relación de poder no son analizadas ni tomadas en cuenta para tipificar un femicidio. Para Tirira, uno de los elementos que debería ser considerado es si el agresor tiene un mayor salario que la víctima.
La abogada señala que es fundamental realizar las pericias de contexto o de entorno social, porque se tienen que valorar las dinámicas y los ejercicios de poder dentro de las relaciones. La abogada dice que es fundamental profundizar en la relación de la víctima y el feminicida. Así mismo en el caso de María Belén, para establecer que se trata de un femicidio y no de un asesinato.
“Las mujeres también pueden ser violentadas por las omisiones. Los precedentes son muy valiosos para poder abrir otros escenarios y entender en qué contextos están siendo asesinadas las mujeres en Ecuador».
Varias organizaciones feministas han profundizado en cuanto a los nuevos esquemas en que las mujeres están siendo violentadas. Por ejemplo, en medio de enfrentamientos criminales o sicariatos. En los últimos meses se ha escuchado de casos de mujeres asesinadas bajo la modalidad de sicariato, que se ejecuta a pedido de sus exparejas.