Editorial de Radio Pichincha
A las cosas por su nombre: la asignatura de Cívica o la de Ética no son una panacea ni la varita mágica ni aquí ni en el sistema sola entero. Y no porque en sí mismas sean innecesarias o porque su razón de ser no sea un valor dentro de la educación formal en todo sistema democrático. Al contrario, son sistemas cognitivos que requieren un conjunto de acciones y de prácticas para que se conviertan en parte de la vida de una persona.
Para ser formales y políticamente correctos: la formación cívica y ética combina el conocimiento de las leyes, normas y derechos que contempla el pacto social que hemos firmado con nuestros semejantes, con los valores éticos y morales que guían a la sociedad y que buscamos enfatizar en todos los ciudadanos, como la justicia, la responsabilidad, la solidaridad, etc.
¿Todo eso vamos a lograr con una asignatura dictada por profesores mal preparados y con una hora a la semana mientras los alumnos pasan entre cinco y seis horas frente a un conjunto de ofertas audiovisuales y de entretenimiento que están en contra de esa formación ética y cívica?
Si la ministra de Educación nos quiere convencer que con dar una hora a la semana de clases de ética tendremos ciudadanos responsables y conscientes de su rol en la sociedad, no solo que está equivocada, sino que nos cree unos reverendos cacahuates. Es como si nos convencieran de que por darles a los niños y adolescentes una hora de historia ya tomaran conciencia de que somos una colonia y por lo tanto requerimos de un proceso de emancipación inmediata.
En serio: NADA, PERO NADA, DE LO QUE PROPONEN PODRÁ COMPETIR CON EL MAL EJEMPLO DE AUTORIDADES E INFLUENCERS QUE ESTÁN MÁS PREOCUPADOS DE LOS ZAPATOS CON LOS QUE VAN A RENDIR UN INFORME A LA NACIÓN O SI LA “PRIMERA DAMA” SE PINTA DE RUBIO A DIARIO PORQUE NO PUEDE LUCIR SU CABELLERA NEGRA.
Esos mismos alumnos, que reciben clases de profesores mal pagados y en condiciones miserables, ¿saldrán de las aulas para, inmediatamente, ver que en su barrio las bandas criminales les ofrecen 20 dólares por traficar o hacer de “campanas” y no dejar que la Policía entre en sus calles? ¿O que su padre, sin trabajo, haga lo que sea por darles de comer y tenga que justificar cualquier delito o “pecado”?
No señora ministra, la ética y la cívica también se dan en un contexto y en una sociedad que ofrece opciones a sus ciudadanos, donde el Estado es manejado por estadistas, donde el Gobierno no le da contratos a sus parientes para enriquecerse más de lo que ya tiene. Señora ministra, no se olvide que hay altos funcionarios o familias adineradas que salen de misa todos los domingos y ese mismo día violentan a sus esposas, pagan mal a sus empleadas domésticas o las esclavizan, se sientan a la mesa a hacer gala de los negocios mal habidos y de los dineros sacados del país a paraísos fiscales con ello no pagar impuestos aquí y dejar sin presupuesto a las escuelas y colegios DONDE SE QUIERE ENSEÑAR ÉTICA Y CÍVICA.
En serio, digamos las cosas como son y dejemos ese “buenismo” barato y cursi, que nos cree ignorantes o simplemente unos consumidores de basura mediática. PUNTO