Editorial de Radio Pichincha
El gran caballo de Troya del populismo de Guillermo Lasso será la consulta popular de febrero próximo, con la venia de la Corte Constitucional y de la mafia mediática.
Queda claro que hay un objetivo claro: intoxicar las elecciones de alcaldes, prefectos, concejales y vocales de las juntas parroquiales. Como no tiene candidatos, porque no tiene partido político sino una empresa electoral, ahora pone una consulta llena de preguntas que bien podría resolver vía política pública y una aplicación efectiva de la Constitución.
Ahora, como gran novedad propone nuevas preguntas para esa consulta:
Una de ellas se refiere al destino de los bienes decomisados del crimen organizado. La otra, tipificar el delito de extorsión o «vacunas”, con una sanción de hasta 10 años. Mientras que la tercera pregunta se refiere a la creación de un incentivo tributario, (la exención del impuesto a la Renta) para quienes contraten personas mayores a 45 años.
Y frente a ellas nacen las preguntas obvia: ¿no puede hacerlo vía ley a través de una propuesta a la Asamblea Nacional? ¿Tanto ruido para decidir a dónde van a parar los bienes decomisados de las mafias criminales? ¿Acaso requiere de una consulta popular para impedir que policías o militares trafiquen con la cocaína decomisada o que casas o bienes inmuebles tengan un destino concreto?
No, para eso es el populismo: para darse baños de popularidad con lo obvio y engañar a los incautos. ¿La extorsión ya no existe como delito en el Código Orgánico Integral Penal? ¿Se está inventando el agua tibia y con ello sale el ministro de Gobierno, cual caza bobos, a colocar como tema de interés público?
Y por si fuera poco, resulta que requiere de un referéndum para la creación de incentivos tributarios para la contratación de personas mayores de 45 años. Como se dice vulgarmente: ¿Hábrase visto tamaña barbaridad? Cuando ni siquiera hay empleo para los menores de 45 años, en plena edad para producir y crear, ahora quiere incentivar a las empresas que contraten a quienes superan los 45 años.
Esto huele a una trampa típica de esos empresarios y banqueros que ponen estas argucias para bajarse los impuestos. ¿Por qué no pone en el código laboral estas medidas y genera nuevas condiciones laborales con incentivos, no para los empresarios, sino para los mismos trabajadores y para quienes buscan nuevos horizontes en sus emprendimientos?
Ya nada sorprende en quien no tiene ni idea de Estado o de bienestar, quien solo busca limpiar su imagen que está por los suelos, quien sobre todo entiende la política como un experimento de marketing, quien miente en cada intervención y cuenta con la mafia mediática para hacernos creer que desde la mentira se puede sobrellevar un gobierno. PUNTO