Editorial de Radio Pichincha
El fin de semana último significó un dato más de la cruel realidad que vive Ecuador gracias a un Estado ausente y un Presidente refundido. Claro, ahora dirá que como tiene COVID no sale ni trabaja. Pero con COVID, un peroné supuestamente roto o con lo que sea DA IGUAL. No trabaja ni actúa de inmediato, a pesar del lavado de imagen de sus medios aliados y de la MAFIA MEDIÁTICA.
Las cifras oficiales hablan al menos 19 personas fueron asesinadas en la Zona 8, que comprende los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón.
Del 1 de enero al 13 de marzo de 2023, 424 muertes violentas se han registrado solo en la Zona 8 del Distrito Metropolitano de Guayaquil. Y es de esperar que esta cifra sea todavía un subregistro porque no todo se hace público, ni todo lo comunica la Policía Nacional.
Entonces, ¿cómo vamos en este año? Pues así: NADA MÁS Y NADA MENOS QUE 1.151 personas han sido asesinadas en lo que va del 2023, entre el 1 de enero y el 10 de marzo de 2023. Y, por supuesto, ya salió el presidente Lasso a responder con lo de siempre: HABLANDO PARA EL FUTURO. ¿QUÉ DIJO?
“Culminó la reunión telemática con las Fuerzas Armadas ls Policia Nacional para atender la situación del país. Se tomarán todas las acciones necesarias para prevenir delitos como secuestros, robos y extorsiones a ciudadanos”.
Ojo: SE TOMARÁN TODAS LAS ACCIONES. Es decir, habla en futuro. Pero ya lleva casi dos años en el cargo y cada vez que ocurre algo grave su retórica es futurista y nunca mejora nada. Y si dice que se tomarán las acciones, parecería que mañana mismo ya veremos la puesta en marcha de una estrategia, pero no, no pasa nada.
Es más, un comunicado del Ministerio de Defensa, en vez de acolitar a su Comandante en Jefe, le destroza su discurso. Con la foto del ministro, en una barcaza de guerra, en traje de combate, le dice al Ecuador entero: “El país no aceptará ningún intento de rompimiento del orden constitucional o de utilizar la violencia para atentar contra la democracia.”
Lo vamos a repetir por si se le olvidó a este ministro, el general Lara: los militares son obedientes, no DELIBERANTES. Repetimos: NO DELIBERANTES. Ustedes señores de las FF.AA. tienen un rol específico y unas obligaciones constitucionales claramente definidas. No se hagan bolas, al contrario, sean consecuentes con lo que dicen en privado: NO NOS VAMOS A DEJAR METER EN LA POLÍTICA DEL GOBIERNO NI DE LOS PARTIDOS Y MEDIOS DE LA DERECHA. Así de simple.
Volviendo al tema central: los niveles de violencia de este primer trimestre prueban dos cosas. Uno: no hay Estado ni liderazgo gubernamental en la lucha contra el crimen y la violencia. Dos: la gente tiene miedo y actúa por cuenta propia ya, con todo lo que ello implica porque en defensa personal no solo que se hace justicia por mano propia, sino que podrían ocurrir excesos como ya pasa en El Salvador donde bajo el pretexto de la lucha contra el crimen se apresa, persigue y hasta asesina a personas inocentes, por el solo hecho de tener un tatuaje o de ser pariente de un delincuente. ASÍ NO PODEMOS SEGUIR.
¿Por cierto, sigue en el cargo Diego Ordóñez? PUNTO