Editorial de Radio Pichincha
Hay una muletilla que se utiliza en todas las campañas publicitarias del Gobierno Nacional, del Presidente Daniel Noboa y de su organización política ADN, y es la del “NUEVO ECUADOR”.
Con esta frase intentan marcar una supuesta diferencia con las prácticas políticas que eran casi que comunes hace varios años. También procuran hacer referencia a supuestos cambios que han implementado, a que “representan una nueva forma de hacer política” y que su modelo de gestión es diferente.
Pero, vale la pena cuestionarnos un poco y preguntar: ¿En realidad representan una nueva forma de hacer política? ¿De verdad son un Gobierno “visionario” y que no repite las prácticas del pasado? ¿Son nuevos protagonistas o son los mismos de siempre?
Vamos por partes. El “Nuevo Ecuador” debería caracterizarse por mostrar cambios significativos en su modelo de gobernanza y convertir a nuestro país en un pionero y referente a nivel regional, como lo éramos hace unos años.
Pero, la historia es completamente diferente.
Ahora somos ejemplo, pero de todo lo malo. Nos toman como referencia de un país inseguro, sumido en el abandono estatal, con autoridades poco preparadas, con una inversión pública deficiente y que ni siquiera puede proveer de electricidad todos a sus habitantes. Entonces, esto no encajaría en el modelo del “Nuevo Ecuador”, por el contrario, evidencia un retroceso enorme.
Ahora, si esto no es suficiente para convencernos de que retrocedimos unos cuantos años, revisemos lo que pasó hace pocos días en la Asamblea, cuando el legislador Hernán Zapata, de la bancada oficialista ADN, llevó un grupo de tecnocumbia al Salón José María Lequerica, a pesar de que no estaba autorizado ningún evento musical, y armó “tremenda fiesta”, tal como sucedía en la década de los 90.
Todo esto, sin contar las peleas constantes que mantiene el Presidente contra la Asamblea Nacional y las expresiones de descrédito contra sus adversarios políticos.
Lamentablemente, son una clara muestra de que no hemos avanzado nada, por el contrario, estamos retrocediendo a pasos agigantados y las consecuencias cada vez son más graves. PUNTO