El Gobierno de Daniel Noboa anunció este 15 de agosto de 2024 que impulsará acciones para hacer frente a la sequía y evitar apagones y cortes de luz, como ya ocurrió en el país a finales de 2023 y entre enero y abril de 2024.
El ministro de Energía, Antonio Goncalves, señaló que el país atraviesa una sequía complicada, lo que podría ocasionar un riesgo de apagones en octubre, aunque afirmó que el Gobierno está trabajando para que eso no ocurra.
«El embalse Mazar está íntegro y preservado, por eso, a propósito compramos energía a Colombia. Esto nos permitiría no tener cortes en septiembre ¿Cuáles son los meses críticos? Octubre, noviembre y diciembre», dijo Goncalves.
Al respecto, el Gobierno declaró la emergencia en el sector eléctrico con el fin de impulsar acciones para hacer frente a la sequía y evitar apagones.
En medio de un proceso electoral para elegir a un nuevo presidente y asambleístas, el próximo 9 de febrero de 2025, analistas y expertos políticos se preguntan si el riesgo de apagones y cortes de luz programados podría impactar en la imagen del Presidente Noboa y en los resultados del proceso electoral.
Radio Pichincha habló con Pedro Donoso, director General de Inteligencia Comunicacional (Icare), quien señaló que una crisis energética debería ocasionar un desgaste político más aún, si el Presidente de la República es candidato en las próximas elecciones.
«En campaña electoral tener una crisis energética debería representar un problema gravísimo, sin embargo, hace cuatro meses atrás, el Gobierno tuvo una crisis eléctrica brutal y eso no le hizo mella en el proceso electoral (Consulta Popular) del 21 de abril de 2024″.
Además, señaló que, en la teoría, los posibles apagones en el último trimestre del año, podrían generar un desgaste profundo al Gobierno y al candidato, el presidente Noboa.
«Pero al final, hay que ver cómo se comporta el electorado, es un electorado que me ha sorprendido: Noboa ha hecho lo que el manual te dice que no hay que hacer, como subir impuestos y eliminar subsidios, sin embargo, y, de acuerdo a la mayoría de encuestas, tiene una intención de voto súper alto. Es extraña la medición», puntualizó.
Este escenario, según Donoso, obedece a que la oposición no ha logrado colocar temas importantes en debate a nivel público. Por ejemplo, en lugar de hablar de la crisis eléctrica, la discusión giró alrededor del juicio político a la fiscal.
«No logran conectar con la gente y esa, para mi, es una razón por la que Noboa no ha tenido un desgaste como tal», afirmó Donoso.
Por ejemplo, entre enero y julio de 2024, la ejecución presupuestaria del Plan Anual de Inversiones del Gobierno fue del 22%, pero la oposición prefirió hablar de otras cosas políticas y se olvidan de las necesidades del ciudadano de a pie.
Para evitar riesgos políticos, Donoso cree que el Gobierno hará lo imposible para evitar la crisis energética.
«En escenarios futuros, creo que la ocurrencia de apagones es de una probabilidad baja, el Gobierno hará lo imposible, contratará barcazas, no tengo idea lo que vaya hacer, pero es muy difícil que el Gobierno deje que ocurra una crisis energética como en los primeros meses del año».
Posibles apagones, sus consecuencias
A diferencia de Donoso, una exautoridad del Ministerio de Energía, quien prefirió no ser identificado, señaló que, con la declaratoria de emergencia, «en el Gobierno están asustados del estiaje que viene. Y al que no podrán hacer frente pues la energía que han contratado es muy poca y lo han hecho muy tarde. Les vienen apagones en plenas elecciones, con la consiguiente pérdida de votos».
De hecho, el Gobierno señala que el país tiene un déficit de 1.080 megavatios de generación eléctrica para cubrir de forma autónoma el estiaje 2024-2025, según el Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
Ecuador cubrirá ese déficit con la importación de energía eléctrica a Colombia por 450 megavatios. A ese número se debe sumar los 341 megavatios en termoeléctricas que contrató el Gobierno en una primera ronda licitatoria, lanzada entre el 23 y 25 de junio.
En esa lista está la barcaza turca, que comenzará a producir energía a finales de agosto de 2024, así como la compra de motores de generación eléctrica para las ciudades de Salitral, Esmeraldas y Quevedo, que entraría en operaciones en diciembre de este año.
Jorge Luis Hidalgo, consultor energético, señala que, para afrontar el estiaje, hace falta -urgentemente- contratar 289 megavatios de energía.
Hidalgo revela que, con el estiaje al frente, se le acorta el tiempo al Gobierno, pero el problema, más allá de la generación, es que el país está comprando caro la electricidad para revenderla barato a las grandes empresas, como las mineras.
"Estamos empobreciendo al sector. No podemos darnos el lujo de subsidiar la electricidad a quien no lo necesita”, dijo Hidalgo, quien recomienda que, para enfrentar esta nueva emergencia, se debe revisar el subsidio que estarían recibiendo las grandes empresas, como las mineras Mirador y Fruta del Norte.
"Si se mantienen los subsidios solo va a aumentar el riesgo de futuros apagones", enfatizó Hidalgo.
La declaratoria de emergencia
La Cartera de Estado declaró la emergencia este 15 de agosto.
Lo hizo horas después de que el presidente Noboa emita el Decreto Ejecutivo 355, en el que dispone a las entidades del sector eléctrico tomar acciones para evitar futuros apagones.
Con la declaratoria de emergencia, el país busca contratar -de forma directa- entre 450 y 500 megavatios de energía termoeléctrica.
La compra de generación es una prioridad, teniendo en cuenta que el Gobierno reconoció que el estiaje inició en Ecuador, es decir, que los caudales de agua de las centrales hidroeléctricas están secándose paulatinamente.
Esto supone riesgos de abastecimiento de energía eléctrica en el futuro, en un país donde más del 90% de la energía se genera por medio de hidroelectricidad.