Julio Flores, víctima de la represión policial, dice que no confía en la justicia actual.
Punto Noticias. Se identificó una serie de hechos que deberían ser investigados por la justicia, que evidencian una serie de excesos por parte de la fuerza pública, en contra de los manifestantes, señaló Juan Carlos Solines, integrante de la Comisión Especial de Verdad y Justicia, que investigó los acontecimientos sucedidos durante el levantamiento popular de octubre de 2019.
Solines dijo que esta memoria recopila una gran cantidad de documentos y testimonios, durante dos años. Ahora le corresponderá a la justicia tomar toda esta evidencia y utilizarla, dentro del debido proceso, para determinar responsables, en todas sus escalas, de los hechos identificados por la comisión.
Hubo uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, afirmó el comisionado. La Policía está preparada y equipada para mantener el orden interno, mientras que las Fuerzas Armadas tiene otro tipo de formación e incluso las armas que utilizan son letales, alertó.
Subrayó que el informe es enfático en señalar que la fuerza pública tiene que respetar los principios básicos de legalidad, necesidad, proporcionalidad, con la amenaza. Por ello, calificó de inaceptable lo que ocurrió durante las protestas, con ataques brutales contra los manifestantes, como describieron las víctimas de estos.
El informe incluye un capítulo relacionado a las afectaciones y atentados contra la libertad de expresión, de los cuales fue víctima radio Pichincha Universal, en contra de la que se levantaron procesos administrativos y penales para cerrarla. Y de hecho fue callada, por algún tiempo, por disposición de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel).
La intención de las autoridades respectivas era y es, porque los procesos continúan, retirar el título habilitante a este medio de comunicación para sacarlo del aire, de manera definitiva, utilizando un informe del Ministerio de Defensa, que argumentó que había incurrido en delito contra la seguridad nacional, y del Consejo de Regulación de la Comunicación (Cordicom), sobre presuntos contenidos discriminatorios.
A decir de Solines no solo es el caso de Pichincha Universal, sino que hay otros medios que el Gobierno pretendió acallar, porque a las autoridades no les agradó el enfoque sobre la convulsión social.
Testimonio
A la cabina de nuestra emisora acudió Julio Flores, conocido como el hombre del escudo de cartón), víctima de octubre de 2019, para relatar, una vez más, los ataques violentos que recibió, que por poco le cuesta la vida.
Narró que, el 4 de octubre de 2019, aproximadamente a las 11h00, frente al edificio del IESS, se hincó frente a la tanqueta antimotines de la Policía, levantando los brazos, con la bandera tricolor amarrada al cuello, con la esperanza de que el vehículo no lo atropelle y pase por encima, lo que hubiera provocado su muerte.
El “trucutú” se paro junto a él, bajaron tres policía, lo levantaron, le internaron al parque El Ejido, en donde le propinaron una brutal golpiza que provocó que pierda siete piezas dentales, a pesar de lo que continuó protestando contra el régimen de Lenín Moreno, como contó.
Describió que, estando con las manos levantadas, frente al edificio Benalcázar Mil, recibió un golpe en el pecho, tan fuerte que lo viró. Metió la mano en la parte golpeada y sintió sangre que brotaba de una costilla, en el lado izquierdo a la altura del corazón. En ese momento, recibe otro impacto y luego otro en la ingle, junto a la vena femoral.
Cuenta que es cuando se asustó y se escondió frente al monumento de Montalvo, que está frente al edificio. Quiso retirase a su casa, pero frente al Hotel Tambo Real se desvaneció y fue atendido por paramédicos que se encontraban en el lugar, quienes al percatarse de que podía sobrevenir un paro cardiorrespiratorio le llevaron a urgencias del hospital Carlos Andrade Marín del IESS, donde permaneció con chequeos periódicos para saber el estado de su corazón.
Julio relató que, en otro episodio, durante las protestas, fue herido de bala en su cráneo, por lo que fue trasladado al hospital en donde fue operado para retirar las esquirlas que se habían alojado en su cabeza. Lo más impactante de esta narración es cuando asegura que los policías que llegaron a la casa de salud les ordenaron a los médicos y enfermeras que no lo atiendan y lo dejen morir.