El Foro Social Mundial comenzó a funcionar en 2001 en Porto Alegre, Brasil. A partir de allí las temáticas se han ido ampliando y el movimiento altermundista articulándose de manera más consistente.
En 2016, en Tokio se llamó a conformar una red mundial hacia un mundo sin armas nucleares y en la última cumbre, en Montreal, se conformó el Foro Antinuclear en el contexto del FSM.
Con esta perspectiva, organizaciones y movimientos franceses antinucleares consideraron que siendo el país más nuclearizado del planeta, les correspondía a ellos organizar un nuevo FSM antinuclear, que tendrá lugar en París del 2 al 4 de noviembre de este año.
La crisis que vive el sector nuclear, solo se sostiene por la intervención del Estado, hay plantas que se han visto obligadas a cerrar por motivos de seguridad y esos cierres, a su vez, se vuelven inviables sin una capacidad financiera robusta.
La extracción de uranio se ha convertido en un problema ambiental grave en los países que producen este mineral y la salud de los mineros es mayor que en otras explotaciones. Lo mismo ocurre con los trabajadores de las centrales nucleares.
A esto deberían sumarse las catástrofes de Mayak, Windscale, Three Mile Island, Chernobyl y Fukushima que deberían advertirnos sobre la complejidad y peligrosidad de esta energía.
¿Cómo poner término a esta actividad que resulta mortífera desde la extracción de los materiales hasta la gestión de los desechos? ¿Cómo evitar una nueva catástrofe más grande aún? ¿Cómo pasar resueltamente a la necesaria transición energética?
Quienes convocan a este Foro advierten que es un mito el de la energía nuclear no contaminante y no puede ser contemplada como alternativa al cambio climático creciente.
Párrafo aparte merece la industria de las armas nucleares, básicamente indefendibles desde ningún criterio humanista. Además de que su uso está prohibido por la comunidad internacional.