Las operadoras de telefonía e internet están obligadas a presentar sus planes de contingencia a la Arcotel para garantizar el servicio.
La reciente disposición del gobierno de Daniel Noboa de aplicar cortes de energía eléctrica en todo el país ha puesto en jaque la estabilidad de diversos servicios esenciales, entre ellos las telecomunicaciones.
¿Qué dicen las operadoras?
El comunicado conjunto de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Asetel) y la Asociación de Empresas Proveedoras de Internet (Aeprovi) destaca los esfuerzos realizados por las empresas del sector para mantener el servicio, aún frente a los apagones.
Según afirman, han desplegado «el mayor contingente posible» utilizando fuentes de energía alterna, como baterías y generadores, que permiten operar por un tiempo limitado de entre dos y tres horas.
Sin embargo, reconocen que los apagones prolongados y recurrentes están afectando la capacidad de estos sistemas de respaldo, lo que reduce significativamente el tiempo de operación. Esto ha resultado en intermitencias del servicio, algo que, según ellos, se debe a «eventos de fuerza mayor».
Estamos comprometidos con la continuidad en la prestación de servicios de telecomunicaciones en el país, a pesar de los retos que presentan las suspensiones del servicio de energía pública.
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— Asetel (@AsetelEcuador) September 17, 2024
Críticas a la preparación de las operadoras
Es aquí donde surge una pregunta clave: ¿es suficiente este despliegue? Los planes de contingencia, como lo estipula la Resolución de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), deberían garantizar la capacidad de respuesta ante emergencias, y no limitarse a soluciones temporales que fallan frente a interrupciones prolongadas.
El ingeniero Carlos Minango, experto en telecomunicaciones, afirma que los planes de contingencia deben estar orientados no solo a la recuperación, sino a la prevención de fallas extendidas en los servicios.
«Las operadoras deben contar con sistemas de respaldo robustos y redundantes, no solo depender de generadores o baterías con autonomía limitada», señala.
El reglamento de Arcotel es claro al exigir que las empresas del sector presenten un plan detallado, que no solo incluya medidas emergentes, sino también sistemas de protección de la infraestructura crítica, como grupos electrógenos y bancos de baterías con capacidad suficiente para evitar fallos prolongados. Sin embargo, la realidad parece evidenciar que estas medidas no están siendo suficientes.
¿Responsabilidad o justificación?
Asetel y Aeprovi mencionan que están adoptando iniciativas de autobastecimiento privado y medidas de ahorro energético para mitigar el impacto de los apagones. No obstante, estas iniciativas parecen llegar tarde y de forma reactiva, en lugar de ser parte de una planificación anticipada ante la crisis energética.
Las excusas de fuerza mayor, aunque comprensibles en casos aislados, se tornan insuficientes cuando los cortes de energía se han vuelto constantes, critica el experto.
¿Quién controla que los planes de contingencia se cumplan?
Desde Arcotel, Sonia Castillo, responsable de acceso a la información y transparencia y presidenta del Comité de Transparencia, sugirió que no es su obligación publicar los planes de contingencia y que desconoce si existen sanciones en caso de incumplimiento de los mismos.
El Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Mintel) informó, a través de un comunicado, que las operadoras móviles deben contar con un plan de contingencia para enfrentar los apagones previstos entre el 23 y el 27 de septiembre de 2024, que durarán varias horas, entre las 22:00 a 06:00.
Además, Mintel solicitó a la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) que supervise y controle la implementación de estos planes por parte de las operadoras de telecomunicaciones.
🔴 Comunicado oficial: pic.twitter.com/tPHzt6H78o
— Ministerio de Telecomunicaciones Ecuador 🇪🇨 (@Telecom_Ec) September 17, 2024
La conectividad se ha vuelto un servicio esencial en la vida diaria, y la interrupción prolongada afecta gravemente a la sociedad en múltiples niveles: desde las comunicaciones personales hasta el desarrollo de negocios y la educación, aseguró el experto.
El panorama es desalentador, probablemente los apagones se alargarán, advierte especialista