La iglesia, por un lado, se toma el nombre de los 18 millones de ecuatorianos y pide respetar el orden democrático. Los empresarios lo quieren en el poder, pero reclaman por su casi nula gestión en seguridad.
Punto Noticias. “Expresamos nuestro firme rechazo a las actitudes de la clase política”, dicen las empresas. “Con preocupación y desconcierto vemos la situación política del país”, dice la Iglesia. Los dos sectores han salido en defensa de Guillermo Lasso, tras la resolución de la Asamblea Nacional de continuar con el juicio político en su contra.
En comunicados, por separado, expresan su respaldo “a la institucionalidad y al orden democrático”. Abogan por la democracia, dicen.
“Hacemos un llamado a deponer actitudes y concentrarse en resolver los grandes problemas que enfrenta el Ecuador. La prioridad hoy en día es vivir en un ambiente de paz y seguridad”, dice el Comité Empresarial Ecuatoriano. Seguridad y paz que el Gobierno no ha podido garantizar, reclaman los proponentes del juicio político.
Incluso el propio empresariado le reclama al Ejecutivo que debe presentar un plan claro y articulado de lucha contra la inseguridad. “Instamos a cumplir con el presupuesto asignado para este fin”, agregan.
Lamentan que la Asamblea se concentre en el juicio político, cuando su prioridad debería ser, entre otras tantas, la seguridad.
El Comité Empresarial es directo en su pedido: “Exhortamos a los legisladores a reconsiderar sus prioridades”.
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana, por su parte, apela más a la sensibilidad de los legisladores, sus valores morales y éticos, pero también es clara en decir que el juicio político es “un espectáculo que ya no hace reír a nadie y que desfigura nuestra imagen en el concierto de las naciones democráticas”.
La iglesia se toma el nombre de los 18 millones de ecuatorianos y pide respetar y defender el orden constituido, el debido proceso y la seguridad jurídica.
Emite otros exhortos. A la Función Judicial, a la Corte Constitucional, a los organismos de control, por ejemplo, para que cumplan con sus responsabilidades en estricto apego a la Constitución y a las leyes.
Y hasta exhorta a levantar la voz de los 18 millones de ecuatorianos y “a revitalizar el quehacer político con entrega y sacrificio”, desconociendo que más del 80% de ecuatorianos, según las últimas encuestas, desaprueba la gestión de Lasso.