Editorial de Radio Pichincha
Ya no sabemos si seguir contando muertos y explosiones o el número de estados de excepción propuestos por Guillermo Lasso. En ninguno de los dos vamos a encontrar una respuesta coherente, concreta y urgente para algo que constituye ya un fenómeno nunca antes visto en Ecuador: la violencia múltiple y sangrienta sin visos de solución.
Es inconcebible que en pleno siglo XXI, en su tercera década, la máxima autoridad del Ecuador acuda a la misma fórmula. Los expertos recomiendan que si un método no da resultado y el problema sigue siendo el mismo entonces hay que cambiar de método. Pero no, Lasso, en su “infinita sabiduría”, vuelve con los ESTADOS DE EXCEPCIÓN y no pasa nada. No va a pasar nada, porque no ha tocado el nervio central de la violencia.
Y cualquier común de los mortales puede llegar a otra conclusión: EL PRESIDENTE, EL VICEPRESIDENTE Y SUS MINISTROS NO ESTÁN PREPARADOS PARA GOBERNAR Y MENOS RESOLVER UNA CRISIS TAN AGUDA COMO LA QUE VIVIMOS.
Ayer fue una jornada de terror y de espanto. Quienes preparaban maletas para el feriado en Esmeraldas pueden ya pensar en otras opciones o sencillamente quedarse en casa. Sí, porque el terror es agudo, tétrico y de una naturaleza para la cual ninguna sociedad está preparada. Nos queda claro que el ardid de echar la culpa al pasado es tan, pero tan pendejo, con el perdón de la Academia de la Lengua. Sí, es uno de esos ardides con el que se limpia todo y no resuelve nada.
Las bandas criminales asesinan policías, no porque los uniformados sean solo un blanco objetivo para crear temores, sino porque hay impunidad con los jefes de esas bandas. ¿Nos preguntamos cuántos delincuentes de los duros y de los capos han sido detenidos en los últimos meses? No, no hay ninguno. ¿Saben por qué? Pues, de detenerlos esos capos darían los nombres de sus colaboradores en esa misma Policía. Así de cruel, triste y concreto. Estamos en una de esas encrucijadas y paradojas que solo se entenderían si el Presidente no se miente a sí mismo, si no se envuelve en aporías y en metafísicas políticas.
Este gobierno se ha mentido a sí mismo no porque tenga incapacidad de entender la realidad. Concretamente lo hace porque está ocupado, desde su más alto funcionario, en otras cosas. Por ejemplo, en pasar el feriado en Disney World, en vender el Banco del Pacífico o entregar el seguro social a sus amigos y compinches.
Señor Guillermo Lasso, con el debido respeto: NO NOS ENGAÑE MÁS CON ESAS FRASES GRANDILOCUENTES DE QUE PONDRÁ MANO DURA CON EL CRIMEN ORGANIZADO.
Haga algo en concreto o definitivamente reconozca que no puede, que no pudo y váyase a la casa y deje a quien pueda gobernar para resolver y no para enredarlo todo. PUNTO