Editorial de Radio Pichincha
Se ha presentado el documento, con el respaldo suficiente de firmas, para iniciar el proceso de juicio político contra Guillermo Lasso. Y siempre nos preguntaremos: ¿Se pudo evitar? ¿No es algo que debió resolverse en las mismas urnas si había la suficiente información, cero protección policial y mediática?
Porque más allá de que ahora se abre en el escenario político, todo esto se pudo evitar si desde hace más de seis años se debatía como un asunto de interés público. En otras palabras: desde 2017 se supo que el banquero Lasso, sus amigos cercanos y quienes lo apoyaban en sus afanes de ser presidente estaban envueltos en un círculo de intereses económicos contrarios a la ética política.
Es más, siempre se dijo que un banquero no podría ser presidente de un país, en cualquier parte del mundo, porque los intereses, la lógica y el espíritu de su oficio siempre le lleva a jugar por fuera de los marcos democráticos, del respeto a las instituciones públicas y porque hay un valor supremo: un MANDATARIO VELA POR EL INTERÉS GENERAL, no por las rentas y los capitales.
¿Acaso no fuimos víctimas de la mayor tragedia cuando nos gobernó un presidente atado de pies y manos a los banqueros como fue Jamil Mahuad? ¿Ya nos olvidamos de que banqueros como el mismo Lasso, Fernando Aspiazu, entre otros lo pusieron en Carondelet para resolver sus problemas en la mayor quiebra financiera de la historia?
Lastimosamente aquí pagamos las consecuencias de una decisión electoral inducida por una feroz campaña electoral, inyectada de millones de dólares en operaciones de propaganda y difamación. Siempre hubo quienes advirtieron el enorme riesgo de poner a un personaje con muchas dudas sobre su fortuna, sus conexiones y algunos oscuros asuntos que la Mafia Mediática los desvirtuó, los ocultó o los maquilló.
Hoy estamos frente a un juicio político, que ojalá la Corte Constitucional asuma en su real magnitud histórica. Porque no se trata de un asunto menor. Por el contrario, tenemos por delante un acontecimiento y como tal podrá cambiar el rumbo de la historia y, de nuevo, marcará un período de grandes tensiones.
La derecha le ha vuelto a fallar a este pueblo. Y el costo es demasiado alto. PUNTO.