Editorial de Radio Pichincha
Si hay asesores o una estrategia político electoral para reelegir al actual presidente del Ecuador parece que es todo y al mismo tiempo su objetivo fundamental, sin importar todo lo que deja de hacer y de entender de este país, asediado por la violencia y la crisis económica.
Si esa estrategia tiene algo de “interesante” es colocar los blancos y los dardos para, supuestamente, cosechar adhesiones y respaldos, desde una disputa con quienes le roban espacio y protagonismo.
Solo así se entiende que ahora toda la “artillería” se dirija contra el alcalde Aquiles Álvarez, quien cuenta con una popularidad y respaldo ciudadano que ya quisiera tener el actual Primer Mandatario, en el puerto principal.
Y ya no es nuevo que para ello cuente con la Fiscalía, la Mafia Mediática y todo lo que pueda tener a la mano con tal de intentar aniquilar a sus adversarios. ¡Claro!, pero para sentenciar a Mayra Salazar, ahí si no hay dureza, firmeza, “todo el peso de la ley”.
Guayaquil es una plaza política y electoral que no determina ya quién puede ser presidente o no, pero tiene un gran porcentaje del electorado, que compite con la capital ecuatoriana. Pero parece que ahí es donde está el mayor riesgo de Daniel Noboa para intentar reelegirse, pues los números, en esa ciudad han ido cayendo en popularidad, credibilidad y apoyo electoral.
Para recuperar esa supuesta popularidad no importa ya inundar el Puente de la Unidad Nacional con la fotografía del Presidente, cada 20 metros, como si con eso ya se inoculara en la mentalidad de los guayaquileños y guayasenses la “estampita” del “salvador” y del “benefactor”. Pero como eso tiene a alguien que lucra con ese negocio, a los estrategas que cobran bien y, por qué no, también a un número de ingenuos y desinformados, suponemos que aspiran que para febrero próximo les de los réditos electorales y con ello legitimar el modelo neoliberal.
Ojalá se recapacite profundamente sobre lo que estamos observando como una supuesta política por el control y el sometimiento a los adversarios políticos. Incluso, hay varios sectores del centro a la derecha, que observan con mucha cautela para qué sirve todo esto, hacia dónde están apuntando los negocios y los contratos.
Solo nos queda decir, lo que sería necesario enfatizar: quien tiene rabo de paja, que no se acerque mucho a la candela. PUNTO