Los medios locales mantienen su benevolencia ante el Gobierno por el manejo de la crisis sanitaria
LOS PERIODISTAS
Desde el inicio de la crisis sanitaria, desatada por el Covid-19, los medios de comunicación nacionales han mostrado su complicidad con el Gobierno ante los desaciertos cometidos en el manejo de la pandemia.
Por los sets de los canales de televisión más importantes, como Ecuavisa y Teleamazonas, se han paseado constantemente las autoridades, de manera relajada, para exponer ampliamente sus acciones, sin ser criticados por parte de los entrevistadores.
Han sido entrevistas tibias y pactadas previamente, en las que ha primado la camaradería de los periodistas, especialmente con funcionarios como la ministra de Gobierno, María Paula Romo y el Secretario Particular de la Presidencia, Juan Sebastián Roldán.
No se ha evidenciado, como esperarían los ecuatorianos, cuestionamientos enérgicos sobre el colapso de hospitales públicos, la falta de insumos para los médicos, la demora en el levantamiento de cientos de cadáveres de las calles de Guayaquil, las deficiencias de la línea 171 y los innumerables y contradictorios anuncios sobre la adquisición de pruebas para coronavirus.
Fueron las redes sociales y la prensa internacional las que mostraron al mundo la cruda realidad que se vive en las calles de Guayaquil, en donde decenas de personas clamaban por el retiro de sus seres queridos que cayeron víctimas del Covid-19.
Los medios internacionales pusieron contra la pared al Gobierno ecuatoriano. La ministra María Paula Romo la pasó muy mal en una entrevista con la cadena estadounidense CNN en español.
El periodista Fernando del Rincón cuestionó duramente a Romo, al consultarle sobre la denuncia realizada por la ex ministra de Salud, Catalina Andramuño, quien aseguró que su renuncia se debía a que no se asignaron recursos para la crisis.
“No nos desviemos ni andemos por las ramas, su respuesta no me convence y a los ecuatorianos tampoco, ¿podría ser más clara?, ¿hubo o no los recursos?», le incriminó el comunicador en una de sus preguntas.
Días después, el periodista justificó la dureza de su entrevista, tras señalar que se siente conmovido por la situación de Guayaquil. “Aquí no se trata de hacer preguntas de relaciones públicas, aquí nunca va a encontrar una entrevista de ese tipo”, añadió.
Otros medios internacionales han descrito con crudeza lo que vive Guayaquil. Por ejemplo, Diario El País de España tituló “Guayaquil es la Wuhan de Ecuador” a una nota en la que resaltó la incapacidad de las autoridades para actuar a tiempo.
El Tiempo, de Colombia, señaló que “Guayaquil no tiene cómo enterrar sus muertos en medio del coronavirus”, mientras que la cadena televisiva alemana Deutsche Welle resaltó que en Guayaquil existe “un colapso en el sistema funerario”.
El papel que han jugado las cadenas internacionales y las redes sociales marcó un punto de inflexión que obligó a las autoridades a reconocer que se han cometido errores y que ha faltado transparencia en la información.
El presidente Lenín Moreno reconoció que el registro de muertos por coronavirus “se queda corto”, por lo que pidió que se transparenten las cifras, mientras que el vicepresidente, Otto Sonnenholzner, pidió disculpas a la población, tras expresar que los errores no se pueden volver a cometer.
A criterio del académico Fernando Casado, experto en política y comunicación, la disparidad de la cobertura entre los medios nacionales e internacionales, responde a que la prensa local mantiene una convivencia con el Gobierno, desde el inicio de su gestión.
Considera que el presidente Moreno devolvió a los medios de comunicación ciertos privilegios que no los tenían en el Gobierno anterior, lo que los convirtió en aliados con intereses comunes.
Por esa razón, promueven una agenda conjunta en temas como impulsar un programa económico neoliberal y atacar al expresidente Rafael Correa para bloquearlo políticamente.
“Los medios tratan de posicionar de manera positiva la gestión del Gobierno porque están en la misma línea”, agrega Casado.
El periodista Fabricio Vela coincide en que existe una buena relación entre los medios de comunicación nacionales con el Gobierno y, a eso responde, la falta de criticidad de ciertos medios ante los desaciertos cometidos por las autoridades, en el manejo de la crisis sanitaria.
Cree que ese comportamiento afectará a la credibilidad de los medios, similar a lo que ocurrió durante el paro de octubre pasado, en rechazo a la eliminación de los subsidios a los combustibles.