El excomandante del Ejército no está de acuerdo que los militares se conviertan en policías porque eso es una muestra del debilitamiento institucional. Hizo un llamado a establecer políticas públicas para atender la seguridad en el país.
Punto Noticias.- En entrevista con Radio Pichincha, el general Luis Altamirano, excomandante del Ejército, se refirió al rol que cumplen las Fuerzas Armadas en apoyo al gobierno.
Sostuvo que ahora los militares se han transformado en policías y que eso tampoco es la solución, sino más bien es el resultado del debilitamiento de la institucionalidad del país.
Para Altamirano, el gobierno en dos años se ha dedicado a dar “palos de ciego” en materia de seguridad, por lo que aseguró que es necesaria la implementación de políticas públicas.
Comentó que en el gobierno de Lenín Moreno se elaboró un plan de seguridad, pero que dejó una serie de falencias, por lo que es necesario tomar decisiones.
Ante la medida coyuntural de muerte cruzada expuso que lo que se ve es que el gobierno solo busca el aplauso de la gente y no ataca los problemas de carácter estructural.
En este sentido, dijo que le preocupa que a la seguridad ciudadana se la militarice, bajo la visión del general Paco Moncayo.
Criticó que ahora las Fuerzas Armadas no sean garantes del orden constituido, así como actúen de árbitros políticos en este caso.
Comentó que en el gobierno se habló de desarticular bandas delictivas e incluso recordó que en el Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) se mencionó de atacar al terrorismo. Pero añadió que eso más bien parte de la disposición discursiva.
Se refirió también al negocio de la droga, el cual mueve una economía de la que Ecuador es parte.
“Hay que afectar esa estructura de costos, con la atención en fronteras, puertos y el control del espacio marítimo”, precisó.
Dijo que Ecuador hace mucho tiempo dejó de ser un país de paso, es más, mencionó que desde nuestro país sale por los puertos el 25% de la droga al exterior.
“Tenemos vías de contaminación en container y lanchas rápidas que establecen contactos en altamar para la cadena de distribución del transporte, con el fin de llegar a países de Centroamérica y así alcanzar rutas del mercado europeo”, subrayó.
Recordó que cuando hubo la Base de Manta, los niveles de incautación fueron bajos (20 toneladas al año), en relación a lo que ahora hay, por obvias razones, que eran las de control.
El general Altamirano mencionó que en las cárceles es otro problema porque se toma a la ligera el tema. No es cuestión de apurarse designando guías penitenciarios, pues el 10% de ellos está involucrado con hechos de corrupción, violencia intrafamiliar, alcoholismo y otras conductas que generan más inconvenientes.
Ahondó, además, sobre el Decreto 741 de la muerte cruzada que -aparentemente- tendría un tinte de legalidad, pero que -a su criterio- no sería legítima porque Lasso estaba sometido a un juicio político y debía dar respuestas a sus actos que son investigados por la Fiscalía en el denominado caso Encuentro que provocó las salidas de ministros y gerentes de empresas públicas.
Cuestionó este hecho, más cuando el cuñado de Lasso está involucrado en el caso y con él un personaje al que lo calificó de oscuro. Se refería a Rubén Cherres.
“La intervención de Lasso fue de verdades a medias y si se repiten son mentiras completas y así se generan narrativas”, exclamó.
Consideró que no es dable que las Fuerzas Armadas entren en ese juego.