Editorial de Radio Pichincha
Las nuevas autoridades locales, elegidas el 5 de febrero último, se posesionan el 14 de mayo próximo. Ojo: falta un poquito menos de un mes. Pero la novedad es que los actuales alcaldes están muy generosos, gastando todo, comprometiendo los presupuestos, contratando a última hora.
Esta perniciosa práctica no sorprende, pero no podría ni debería ocurrir nunca más. Algunos de esos funcionarios se quieren congraciar con sus propios empleados y con sus contratistas. Debería regularse el gasto y el presupuesto cuando hay cambio de autoridades, pues no solo que es anti ético sino hasta sospechoso que el presupuesto prorrogado se comprometa en contratos que ya de sí compliquen a la nueva administración.
Incluso quieren inaugurar obras que no han terminado, solo para poner su nombre en la placa y, con ello, supuestamente, quedar como una gran persona ante la historia. ¿Acaso no es eso lo que hizo el señor Santiago Guarderas con el Metro de Quito? ¿Alguien ha visto si esa obra entró en funcionamiento, ya opera, ya da el servicio para la que fue construida?
Y, por cierto, ese mismo alcalde (que solo fue elegido para concejal y luego traicionó a quien lo llevó al Cabildo) acaba de entregar a la Universidad Católica un millón de dólares para actividades que bien puede hacerla el mismo municipio capitalino. ¿Acaso quiere “comprar” el puesto de académico en ese centro de estudios superiores de carácter privado? ¿Por qué no le dio a una universidad pública y con necesidades imperiosas?
Que no se le ocurra al señor Guarderas, por ejemplo, dejar a sus amigos atornillados en ciertos cargos con nombramientos de última hora, como hizo con el señor Eduardo del Pozo, en la gerencia de la Empresa Eléctrica Quito. ¿Qué sabe el militante del partido de don Guillermo de tendidos eléctricos y abastecimiento para los barrios y zonas residenciales?
Mucho cuidado con los contratos de la Feria del Libro, de Comunicación o de obras públicas que solo se perciben como pago de favores para sus amigos de la Mafia Mediática y de esos sectores que ahora en el Municipio quieren acomodarse en el futuro con “tercerizaciones”.
Y como Guarderas hay otros que están en esa misma pésima tarea, como denunció ayer en esta emisora el alcalde electo del cantón Rumiñahui. Por lo mismo, no estaría mal que la Contraloría (por más que sea manejada por don Guillermo) tome cartas en el asunto, pues no nos olvidamos lo que hizo el ex prefecto Gustavo Baroja cuando dejó el cargo y a sus amigos con nombramiento y los presupuestos comprometidos en más del 50% en el mes de abril de 2019. PUNTO.