La afiliación a la UNP no supera el 2% de los trabajadores de la comunicación
LOS PERIODISTAS
El periodismo en el Ecuador es uno de los sectores con mayor número de gremios. Los más reconocidos en la actualidad son la Unión Nacional de Periodistas (UNP), la Federación Nacional de Periodistas (FENAPE), el Círculo de Prensa del Ecuador, la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (AEDEP) y la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER).
A estos se suman cerca de 90 organizaciones nacionales y provinciales como colegios de periodistas, asociaciones, clubes, uniones y fundaciones, reconocidos legalmente desde el año 1998, en el Registro Oficial 339.
De acuerdo al último registro del Consejo de Regulación, Desarrollo y Promoción de la Comunicación, en el país existen 1.187 medios de comunicación, en los cuales trabajan 7.806 personas.
La UNP, creada en 1940, ha sido la organización de mayor protagonismo en los últimos años, aunque al mismo tiempo el número de afiliados ha ido disminuyendo.
En las elecciones del año 2014, en la que fue reelegido como presidente, Vicente Ordóñez, votaron 324 comunicadores, mientras que en el último sufragio, del 27 de diciembre de 2019, apenas lo hicieron 144.
Mariana Velasco fue elegida presidenta de la UNP para el período 2019-2021, con 131 de los 144 votos registrados, y en representación de la única lista que participó.
El desinterés de los comunicadores por agremiarse respondería a que no se han visto representados en la defensa de sus derechos.
En los últimos dos años se registraron cientos de despidos en medios de comunicación públicos y privados, además de vulneraciones a derechos laborales. Solo en la Empresa Medios Públicos, que agrupa a Ecuador TV, Radio Pública y el Telégrafo, salieron 343 trabajadores.
En medios privados también hubo recortes de personal, reestructuración de horarios para evitar el pago de horas extras y contrataciones bajo la modalidad de servicios profesionales, es decir sin afiliación al IESS ni beneficios de ley.
Ante estos hechos, ha sido evidente el silencio de los gremios periodísticos, que fueron creados precisamente, entre otros fines, para defender a los trabajadores de la comunicación.
César García, ex reportero de Ecuador TV, quien fue víctima de los últimos despidos, asegura estar decepcionado por el papel que han mostrado las organizaciones periodísticas que, a su criterio, únicamente han defendido a los medios de comunicación.
Lamenta que los gremios no hayan emitido ningún pronunciamiento de rechazo ante los últimos despidos de comunicadores.
La periodista Silrat Traslaviña, ex reportera de Gamavisión y conductora de noticias de Radio Majestad, tampoco es afiliada a ningún gremio, a pesar de que ejerce el periodismo hace más de 10 años. No obstante, asegura que no lo ha hecho por descuido.
La presidenta de la UNP opina que es necesario un cambio generacional de este gremio, por lo que invita a periodistas jóvenes a sumarse, con nuevas propuestas e ideas.
Cree que los comunicadores deben asumir el compromiso de participar activamente, en lugar de criticar externamente. “Hay que arrimar el hombro, hay que involucrarse, es sencillo criticar desde afuera”, señala.
Como parte de su gestión, Velasco retomará la capacitación para periodistas y promoverá la creación de un coworking, es decir la instalación de espacios de trabajo en la UNP para comunicadores.
La situación del Colegio de Periodistas de Pichincha es más crítica. De los 1.200 comunicadores registrados hace pocos años, solo 120 continúan afiliados, de los cuales 60 participaron en las últimas elecciones.
Los comicios, realizados en febrero de 2019, fueron accidentados. La directiva anterior liderada por Wilson Zurita, pretendió prorrogarse en funciones, tras denunciar que la lista, encabezada por Rina Artieda, no se habría inscrito.
El reconocimiento de la nueva directiva se encuentra en instancias judiciales, por lo que no ha podido posesionarse
Marco Villarroel, ex presidente del Colegio de Periodistas de Pichincha, reconoce el debilitamiento de los gremios periodísticos y aclara que desde estos espacios no se pueden solucionar los problemas laborales de los comunicadores.