Editorial de Radio Pichincha
Por más que los expertos se esfuerzan en explicar (en ciertos medios, porque otros se callan), no hay forma de sostener lo insostenible: la crisis energética no puede ser tratada (o maltratada sería mejor decir) como si fuese un asunto menor o de inexpertos tratando de aprender sobre la marcha.
Más allá de las cifras y de los términos técnicos hay una realidad concreta: hay ya apagones y vendrán más. Y si quieren vernos la cara de tontos pueden hacerlo, ya hemos soportado tanto. Pero no nos engañemos nosotros, los usuarios, los miembros de cada una de las familias que viven día a día las angustias por culpa de la improvisación y la irresponsabilidad.
Hace dos años que tenemos el “fantasma” de los estiajes. Países como Colombia y Perú, vecinos y allegados en estos temas, trabajaron en sus respectivos espacios para paliar el impacto de hidroeléctricas sin agua o termoeléctricas con altos costos de producción. Y mientras tanto los dos gobiernos, el de Guillermo Lasso y el de Daniel Noboa, NO HICIERON NADA, NADA DE NADA, NADA.
Insistimos, así nos quieran ver la cara de tontos la realidad es cruda y es cruel.
Ahora nos vienen con ofrecimientos de incentivos, estímulos y hasta regalos en las planillas. Con eso creen que nos podemos contentar, pero es tal el impacto que seguramente habrá secuelas en todos sectores productivos y económicos que se van a trasladar al consumidor, a los hogares y por ende a la posibilidad de sobrevivir o vivir en condiciones de cierto bienestar.
Si quieren hacer campaña electoral anticipada, gasten el dinero de sus fortunas, pero no del erario nacional y menos con absurdas medidas que solo agravan la crisis. Y lo hemos dicho más de una vez: el sector energético (que incluye petróleo y electricidad) está en terapia intensiva, pero en una clínica de a perro, con técnicos y directores sometiéndose a los designios políticos y electorales de las más altas autoridades. Y así NO HAY SOLUCIÓN ALGUNA, ASÍ VAMOS AL DESPEÑADERO TODOS LOS DÍAS.
Pero como no les gusta dar la cara y el que sale a hablar no conoce ni siquiera la geografía del país que dice gobernar, entonces tendremos por delante más y más problemas. PUNTO