Editorial de Radio Pichincha
Normalmente un Presidente, uno de verdad, plantado en su traje y en sus responsabilidades, solo advierte y pone plazos cuando ha reunido un conjunto de informaciones y un sentido de la sabiduría política para definir el curso de la historia. Pero, claro, estamos hablando de un Presidente, de un verdadero PRESIDENTE.
Guillermo Lasso no ha logrado colocarse en ese pedestal, por más que ocupe ese cargo. El cargo no hace a la función, ni el título hace sabio a cualquiera. Ya es un lugar común decir que se preparó 10 años para llegar a Carondelet, pero parece que todo fue puro pantallazo o marketing, de lo cual ya hemos hablado.
Vamos a lo medular: en el femicidio de María Belén Bernal le dio un plazo de una semana al comandante de la Policía para dar con el criminal. El plazo venció y el señor Lasso no ha dicho ni pío. Felicita al Independiente por el campeonato en la Sudamericana, pero de la promesa y de los plazos cero, nada. Y por si fuera poco, su flamante ministro del Interior, el dueño de un departamentazo en Miami, el “Capi Zapata”, le contradice a su jefe y dice que no es hora de “VOLAR CABEZAS”. ¿HÁBRASE VISTO ALGO ASÍ?
Si un subalterno contradice a su jefe supremo, ¿no es suficiente motivo para su destitución? ¿No calza en la magistratura del cargo el que su palabra sea honrada y se cumpla como mandan los códigos de respeto? Pero no, estamos en la anomia política y cualquier cosa puede pasar y el PRESIDENTE se queda callado y se acoge al “dejar hacer, dejar pasar”. Y con eso no solo erosiona su palabra y credibilidad, ya venida a menos hace meses, sino que sus subalternos adquieren la fama de hacer lo que les venga en gana.
Y para cerrar, si los plazos de Lasso no se cumplen ni se respetan tiene que haber algo que lo explique. Solo se nos ocurre algo: NI ÉL MISMO SE CREE. Hasta podría apelarse a una explicación médica: la falta de habas para mejorar la memoria o de vitamina B12 o de ácido fólico.
Ojalá además nos cuenten por qué está en el cargo un ministro del Interior que no ha puesto en su declaración de bienes el súper departamento de La Florida, con su pareja, quien fuera la jefa de protocolo de Lenín Moreno. Y ojalá que al Contralor no le haga falta ácido fólico o Vitamina B12 para que haga cumplir las leyes y obligaciones a todos los funcionarios públicos. PUNTO.