La menopausia, al ser una etapa de cambios hormonales, puede desencadenar síntomas emocionales como ansiedad y depresión.
La menopausia se define como la ausencia de menstruación durante al menos doce meses consecutivos, marcando el fin de la función ovárica. La médico ocupacional Carla Cevallos explica que, este cambio ocurre debido a una disminución en la producción de estrógenos y otras hormonas esenciales, lo cual no solo tiene un impacto físico, sino que afecta el bienestar emocional y psicológico de las personas menstruantes.
“Para muchas, la falta de estrógeno afecta la piel, el cabello y hasta la salud del corazón, pero también altera el estado de ánimo, pudiendo provocar ansiedad y depresión,” detalla Cevallos.
Además, factores como el «síndrome del nido vacío» –cuando los hijos dejan el hogar– o la percepción de estar “envejeciendo” contribuyen al desarrollo de estos síntomas emocionales, generando un sentimiento de pérdida y de transición hacia una nueva etapa de vida.
Impacto en la salud mental
Uno de los aspectos que menos se aborda sobre la menopausia es el impacto en la salud mental.
“A nivel emocional, los cambios hormonales que ocurren en esta etapa pueden ser profundos y llevar a la depresión. A menudo, la sociedad juzga a las personas que atraviesan la menopausia”, indica la doctora.
Esto crea una presión adicional que contribuye al malestar emocional y que puede llegar a intensificar los síntomas depresivos en algunas personas.
Prepararse para enfrentar el cambio
La doctora Cevallos recalca que un estilo de vida saludable es clave para minimizar los síntomas.
“Realizar actividad física regularmente, mantener una alimentación equilibrada, hidratarse adecuadamente y tener una buena calidad de sueño son factores fundamentales,” recomienda.
Sin embargo, también subraya la importancia de recibir apoyo emocional por parte de familiares y amigos, especialmente en el entorno doméstico y laboral, para que la transición sea más llevadera.
Además, señala que es necesario que las personas menstruantes acudan a revisiones médicas regulares y que no se automediquen.
“Cada organismo es distinto. Algunas personas pueden beneficiarse de terapias de reemplazo hormonal bajo supervisión médica, pero otras pueden experimentar efectos adversos si no se administran correctamente,” aclara.
El papel del sueño y el descanso
El sueño es un componente crucial en la salud de todas las personas, pero durante la menopausia adquiere aún más relevancia.
“Respetar el ciclo circadiano es esencial para el equilibrio hormonal y emocional. Si bien no siempre es fácil, especialmente para quienes tienen horarios nocturnos o bebés, es vital buscar un descanso reparador,” explica Cevallos.
Además, una adecuada higiene del sueño, como desconectarse de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse, puede mejorar significativamente la calidad del sueño y reducir los síntomas de irritabilidad y depresión.
Apoyo social: clave para la salud mental
Cevallos enfatiza que el apoyo de la pareja, la familia y el círculo social puede hacer una gran diferencia en el bienestar de las personas en esta etapa. Invita a la sociedad a ver la menopausia no como una limitación, sino como un cambio natural que puede llevarse con dignidad y comprensión.
“Es fundamental que las personas entiendan que los cambios temperamentales no son intencionales, sino una consecuencia del desbalance hormonal.”
Finalmente, la doctora recomienda a las personas que pasen por este proceso a buscar ayuda profesional si sienten que los síntomas emocionales son demasiado difíciles de manejar.
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