Ángela Merkel festejó su tercera reelección consecutiva como canciller alemana, lo que le permitirá gobernar su país por cuarta vez. La demócrata cristiana se ve en la obligación de buscar nuevas alianzas, ya que los socialdemócratas con quienes forma actualmente gobierno, han obtenido el peor resultado electoral de su historia y necesitan mostrarse opositores.
Una alianza con Los Verdes y el Partido Liberal alemán debería ser suficiente para conformar un nuevo gobierno, ya que Merkel consiguió casi el 33 % de los votos, bastante lejos de los 41,5 % que había obtenido en la elección pasada.
Sin embargo, la noticia más destacada de las elecciones alemanas y lo que genera un fuerte sismo político es la irrupción de la extrema derecha, que a través del partido neonazi Alternativa para Alemania consiguió el 13 % de los votos convirtiéndose en la tercera fuerza del país.
Las cifras preliminares indican que habrá entre 86 y 89 diputados de ideología nazi en el Parlamento alemán, algo que no ocurría desde la muerte de Adolf Hitler.
“Este es un nuevo símbolo del despertar de los pueblos europeos”, dijo la líder de los antiinmigrantes franceses Frente Nacional, Marine Le Pen, al felicitar a los correligionarios alemanes.
Pero no todo son celebraciones, cientos de personas salieron espontáneamente a la calle, a medida que veían los resultados por televisión, para demostrar su repudio a la llegada al Parlamento de los nazis. En Colonia, Fráncfort, Múnich y Berlín se congregaron estas marchas antifascistas. “¡El racismo no es una alternativa!”, era el grito que se escuchaba en la plaza de Alexanderplatz en la capital alemana.