Mía, una perrita rescatada, transformó la vida de Maritza, quien enfrenta fibromialgia y artritis reumatoide, brindándole amor y esperanza.
Cuando Maritza Regalado enfrentaba el dolor y la soledad provocados por la fibromialgia y la artritis reumatoide, apareció Mía, una perrita rescatada por la Unidad de Bienestar Animal (UBA) en Quito.
Este encuentro fortuito transformó la vida de ambas.
En 2024, Mía fue abandonada y rescatada en Llano Chico, donde recibió atención en el Centro de Rescate y Acogida Temporal de Calderón.
Al recuperarse, su historia fue compartida en redes sociales, capturando el corazón de Maritza.
Desde su adopción, Mía ha sido un apoyo emocional invaluable. Para Maritza, que vive con enfermedades crónicas, la compañía de la can significa más que simple amistad; su presencia alivia el estrés, fomenta el bienestar y transforma los días difíciles en momentos de esperanza.
Estudios respaldan el impacto terapéutico de los animales de compañía.
Acariciar a un perro puede reducir el cortisol, la hormona del estrés, y aumentar la oxitocina, conocida como la hormona del bienestar.
Los animales como Mía no curan enfermedades, pero ofrecen consuelo y amor incondicional. Se convierten en aliados esenciales para quienes enfrentan desafíos de salud.
La historia de Maritza y Mía recuerda que, a veces, los pequeños gestos de un amigo de cuatro patas pueden cambiar una vida entera.
Adoptar es un acto de amor y cambia vidas ❤️🩹. Si no puedes adoptarlos, ¡ayúdalas a encontrar un hogar amoroso compartiendo esta publicación! 🐾
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— Unidad de Bienestar Animal Quito (@UBAQuito) January 15, 2025