El experto petrolero, Miguel Robalino, señaló que, tras una consulta popular, se cerrará el bloque petrolero Yasuni ITT, pero afirmó que el país debe luchar para que eso no ocurra.
En agosto deben cesar las operaciones petroleras en el bloque petrolero Yasuní ITT, en la provincia amazónica de Napo, tras la consulta popular de agosto de 2023.
En esa consulta se decidió que el petróleo quede bajo tierra.
En una entrevista con Radio Pichincha, el experto petrolero, Miguel Robalino, señaló que las consecuencias económicas serán desastrosas con el cierre de las operaciones en el ITT.
«Técnicamente es imposible hacerlo de forma sencilla. Al cerrar el bloque estamos cerrando las reservas de 5.000 millones de barriles en sitio y de 162 millones de reserva probadas se quedarán bajo tierra», dijo Robalino.
Pero eso no es todo. Robalino reconoce que desmontar el bloque costaría USD 1.300 millones durante un plazo de 17 años.
«El proceso ya empezó en diciembre de 2023, cuando se comenzaron a apagar los pozos, por eso, la producción de ese bloque bajó de 58.000 barriles diarios a 50.000 barriles en los últimos siete meses», reconoció Robalino, quien señaló que ya no se está perforando en ese bloque petrolero.
Concesión del OCP
En agosto de 2024, la infraestructura del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) debería pasar a manos del Estado (Petroecuador), sin embargo, desde enero de 2024 se ha extendido la concesión de sus operaciones.
De seguir con estas extensiones, Robalino señaló que se está dando un muy mal ejemplo al país sino se logra la reversión del OCP al Estado porque es un golpe a las concesiones.
«El OCP tiene que regresar a manos del Estado, lamentablemente hay exministros que plantean que hay que prolongarse los plazos de esas concesiones y la ley no permite eso», afirmó el experto petrolero.
De pasar a manos del Estado, el patrimonio de Petroecuador pasará de USD 17.000 millones a USD 18.600.
Sector energético en emergencia, dice Miguel Robalino
Ecuador afronta una emergencia en el sector energético, advierte Robalino, pues dice que no existen planes ni políticas energéticas de largo plazo para el abastecimiento de combustible y energía.
Por eso, la producción petrolera alcanzó los 530 mil barriles en 2014, pero desde esa fecha empezó una caída significativa. «Son USD 18.000 millones que se perdieron en estos años», señala Robalino.
Uno de los problemas de los gobiernos -dice- es que no llegan con una visión clara de los sectores energéticos: petróleo, gas y minería.
«La producción petrolera no se incrementa ni por decretos ni por buenas intensiones, sino con inversión en la industria y planes estratégicos. Para ello es clave la autosuficiencia financiera».
Reconoció que lo que caotiza a estas industrias energéticas es la injerencia política, las inestabilidades gerenciales y la corrupción.