La Defensoría del Pueblo también ha recibido denuncias de organismos internacionales y familiares de detenidos sobre presuntas torturas y malos tratos dentro de las cárceles.
Rodrigo Varela, coordinador General de Protección de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo, informó que desde el 9 de enero, en el que se decretó el primer Estado de Excepción por parte de Daniel Noboa, hasta marzo de 2024, se han registrado 24 muertes en las cárceles del país.
Varela destacó que este es un dato oficial del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), también subrayó que existen más denuncias de muertes dentro de las cárceles, que no están registradas en la entidad rectora.
Sobre las 24 muertes, el SNAI detalla que son por situaciones de violencia, condiciones naturales y por causas desconocidas.
El funcionario de la Defensoría del Pueblo indicó también que en las visitas de la entidad a las cárceles, a varios testimonios, alertas de ONG’s y organismos internacionales, se han podido recabar denuncias de presuntas torturas y malos tratos dentro de los centros penitenciarios.
Información va a la Fiscalía
Toda esa información ha sido trasladada a la Fiscalía, aseguró Rodrigo Varela, quien explicó que esto debe ser investigado, a fin de verificar las condiciones en las que se dieron las muertes y si existe alguna mala conducta de las fuerzas del orden en contra de los detenidos.
“La Fiscalía tiene que implementar investigaciones y someter a la justicia a los presuntos responsables”, agregó el funcionario.
De otro lado, Rodrigo Valera manifestó que en las visitas a las cárceles se ha podido verificar que la infraestructura está destruida o en evidente deterioro, por lo que la Defensoría del Pueblo instó al SNAI a generar información de sus necesidades para recomponer los centros.
Respecto a la alimentación, Varela reconoció que efectivamente se detectó que los privados de libertad de las cárceles de Cotopaxi, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Sucumbíos no contaban con proveedor de comida, razón por la cual recibían donaciones de productos de familiares o de la empresa privada.