En 2023 se registró una dramática caída en la matrícula en décimo de básica y tercero de bachillerato; además más del 10% ha abandonado las aulas o reprobado. En Esmeraldas y la Amazonía, la afectación es mayor.
De esa tarde de mediados de agosto de este 2023, Sinahí, la segunda de cuatro hijos, solo tiene recuerdos tristes. No quería llegar a su vivienda, en El Placer, centro de Quito, para ver cómo sus padres y su hermano, de 12 años, empacaban unas pocas prendas en mochilas. Aún escucha que le decían que ella, Dilan y Ariel, de 19, 21 y 15 años, respectivamente, no se quedarían solos, que podían contar con sus tíos.
Sinahí estudia Pedagogía en Lengua y Literatura, en la Facultad de Filosofía, de la Universidad Central. Hasta junio, salía de clases y se dirigía a la Unidad Educativa Rafael Larrea, para retirar a su hermano Isaac.
Hasta ahora siente el abrazo que le dio su hermano, la última vez, antes de que tomaran el bus, en Quitumbe, sur de Quito, rumbo a Tulcán; primera parada previo al Darién, con destino a New Jersey, en Estados Unidos. Recuerda que con su hermano menor compartían habitación. En las noches, él le pedía que miraran las películas del Rayo McQueen, de The Cars.
En la terminal de buses, Isaac, quien terminó el séptimo de básica, lloró mucho. Les pedía a sus padres que lo dejaran en Quito. «Éramos muy unidos. Sacaba buenas notas. Camino a la casa me pedía golosinas ácidas como Limón 7, también salchipapas o cevichochos. Era un lorito. Me contaba cómo le había ido en la escuela, sobre los partidos de fútbol que jugaba y de la niñita que le gustaba».
El niño, de 12 años, es uno de los estudiantes de las 10 escuelas con más casos de abandono escolar y de reprobados, en Quito. En Ecuador también preocupa la caída de la matrícula, es decir habría menos oportunidades de insertarse en el sistema educativo.
Para el mexicano ecuatoriano Harvey Sánchez, consejero técnico de alto nivel del Laboratorio de Evaluación de la Unesco, en el 2023, en Ecuador se vivió una verdadera «calamidad educativa». Y pone ejemplos luego de procesar las bases de datos disponibles en el INEC y en el Ministerio de Educación.
Así, concluye, se registró una reducción del 5.8% de la matrícula de décimo de básica y de 6.6% en tercero de bachillerato. Entre ellos suman 70 mil estudiantes menos en el sistema fiscal, al que asisten quienes más necesitan.
*Elaboración Harvey Sánchez.
La situación es muy grave en las provincias más empobrecidas del Ecuador, como Esmeraldas, en donde la disminución de inscritos en el décimo de básica es de tres estudiantes por cada 100 y en tercero de bachillerato alcanza a 23 de cada 100.
La situación en Pastaza, Bolívar, Morona Santiago o Napo es igual de grave. Además de la reducción en la matrícula, más del 10% abandonó o reprobó, aumentando así las probabilidades de reproducir los ciclos de pobreza y de ser captados por el crimen organizado. Lo apunta Harvey Sánchez, quien dirigió el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval).
Los oficios de un adolescente: cargador de gas, cocinero y electricista
Santiago Bravo cumplió 19 años en junio de este 2023. Y hasta agosto pasó el año más duro de su vida. Era junio del 2021, estaba por terminar el tercero de bachillerato; tenía problemas en Química, Biología, Inglés, Física y Matemática. La pandemia del covid-19 golpeaba la economía de su familia.
Su mamá, costurera, casi no tenía obras; y a su padrastro le recortaron el sueldo, en la fábrica de cortinas en donde trabajaba.
"Me sentía una carga. Apenas tuve la oportunidad de conseguir un trabajo como cargador de tanques de gas, dejé el colegio", cuenta, sentado en un espacio público en Chaguarquingo. Empezaba a las 06:00 y terminaba sus labores a las 17:00, de lunes a sábados. Ganaba de USD 18 a 25 dólares diarios.
"Era un trabajo muy cansado, ponerse el tanque en el hombro y subir pisos", rememora y en su entrecejo se forma una arruga, evidenciando el disgusto que le causa ese recuerdo.
Casi no tenía tiempo para nada más; se quedaba sin energía ya que al mismo tiempo, a manera de chauchas, en las tardes, hacía reparaciones e instalaciones eléctricas. A su madre le entregaba 50 dólares semanales, para la compra de alimentos; y un dinero para gastos personales. Ella se molestó cuando le contó que dejaba el colegio, nunca le pidieron que hiciera algo parecido.
Después de ocho meses de cargar tanques de gas, Santiago Bravo consiguió un nuevo empleo, esta vez en un asadero de pollos en El Centro Comercial El Recreo. Ganaba USD 500, al mes; a veces más con horas extras. En el primer mes, por estar a prueba, su horario era de 09:00 a 20:00.
"No tuve un solo día de descanso: me tocaba preparar el consomé, el arroz, las papas, cocinar y luego asar los pollos. Todos los días regresaba a la casa con los dedos cortados o quemados", dice Santiago.
En el local de comidas conoció a un hombre, a quien un día ayudó en una instalación eléctrica. Al ver lo competente que era, lo contrató de forma permanente; le pagaba los 500 dólares al mes; de lunes a viernes, de 09:00 a 16:00 y después de tres meses quiso afiliarle al IESS. Entonces le pidió el título de bachiller. Descubrió que Santiago no se había graduado y le recomendó retomar sus estudios.
Desesperado buscó más opciones; esta vez no quería un trabajo tan pesado. Intentó ser contratado en un call center, pero también le pidieron el título. En septiembre se volvió a inscribir en el mismo colegio que dejó. Cursa el tercero de bachillerato, en el ciclo 2022-2023. Nada le parece realmente difícil ahora.
"Coger libros y estudiar es más fácil que cualquier trabajo", reflexiona sentado en un banco hecho con el tronco de un árbol. Mientras trabajaba contaba con dinero para ir a comer alitas o hamburguesas con sus amigos; antes se avergonzaba, no podía pedirles a sus padres que le dieran dinero para un gasto así. Con el fruto de su trabajo incluso se compró una moto de segunda mano.
Pero, admite, se sentía cansado y veía que de seguir así su vida no mejoraría. Todos los días -anota- hacía lo mismo. No podía acudir a entrenar artes marciales en un dojo al que solía asistir.
Santiago Bravo, de 19 años, es el menor de cuatro hermanos. La hermana mayor tiene 29; y sus hermanos, 23 y 26 años. Todos se quedaron con el título de bachiller. Sus padres, mecánico y costurera, solo terminaron la escuela. Ahora le ilusiona graduarse, trabajar y ahorrar para estudiar en un instituto y quizá obtener un título de técnico o tecnólogo.
El contexto
En julio de este 2023, un informe de la Policía Nacional traía una alerta: al menos 1 326 chicos, de 12 a 17 años, abandonaron las aulas en Ecuador para unirse a bandas delictivas. En Ecuador, en este 2023, se ha sentido con más fuerza la presencia del crimen organizado, que 'gobierna' en las cárceles y en las calles.
De acuerdo con el informe policial, los adolescentes estuvieron relacionados con delitos como tenencia ilegal de armas, sicariato, microtráfico, robo a personas y otros asociados al crimen organizado.
El documento también reveló que los delincuentes captan a los estudiantes ofreciéndoles retribuciones económicas atractivas para su edad. Los cabecillas de estos grupos saben que los niños son inimputables y se aprovechan de esa condición, detalló la Policía.
El 31 de agosto, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos publicó una entrevista realizada por Billy Navarrete, su director, que confirmó que las bandas criminales organizadas buscan a niños y adolescentes vulnerables. Una fuente, con identidad protegida, le contó que primero van por los niños en situación de calle.
Pero también les interesa quienes tienen familias. Hay represalias contra sus seres queridos si no aceptan unirse y ser parte de sus negocios ilícitos. Se trata de chicos de 12 y 13 años, a quienes se les recluta para el tráfico de drogas y sicariatos. Mientras las niñas y adolescentes se convierten en "propiedad" de los líderes de las bandas.
El especialista
*Luis Córdova es coordinador del Programa de investigación sobre orden, conflicto y violencia en la Universidad Central.
Un estudio de la revista Science, de septiembre 2023, reveló que los cárteles de la droga ocupan ya el quinto lugar entre los mayores generadores de empleo. ¿Una situación así de grave podría replicarse en Ecuador, con la caída en la matrícula y el aumento de la deserción y de los estudiantes reprobados?
La situación en Ecuador es sumamente complicada. Hay un problema mayor, ya hemos detectado en estudios que estamos levantando en el suroeste de Guayaquil y Esmeraldas que hay reclutamiento forzado de adolescentes hombres y mujeres para sicariato y servicios sexuales.
Eso ha obligado a madres y a padres a ocultar a sus propios hijos, para evitar que ingresen en este ciclo delictivo. No les queda más que esconderlos o enviarlos con familiares y eso significa que abandonen sus estudios.
¿Les puede interesar 'trabajar' para organizaciones criminales?
Las mismas pandillas se convierten en un solvente empleador. El trabajo en el mundo criminal ofrece facilidades en las tareas de cuidado. Una madre con hijos pequeños ya no debe desplazarse a un lugar y encargar a sus niños a la vecina. El narcotráfico le permite trabajar como campana o en el microtráfico u otro tipo de tareas.
Una característica del crimen organizado es el arraigo social. Quienes lideran operativos contra el sicariato son hijos de quienes viven en Cristo del Consuelo y la Prosperina y primos de policías de tropa u de soldados. Hay un triángulo de violencia, es muy difícil parar estas redes de lealtad.
Con una mirada militarizada para combatir al crimen organizado, el Gobierno pierde de vista el rol del Ministerio de Educación. Deben levantar campañas que disputen la fuerza que toma la narco cultura. Muchos estudiantes ven en una organización criminal más posibilidades de realizarse en términos económicos y sociales. Alias Fito es más respetado que el Presidente.
La visión del Ministerio de Educación
La exministra de Educación del Gobierno de Guillermo de Lasso, María Brown, ha reiterado que la pandemia por la covid-19 sí incidió en el crecimiento de cifras de abandono escolar.
Frente a situaciones de riesgo que niños y adolescentes podrían vivir en hogares y en poblaciones como Daule, por la acción del crimen organizado, insistió en que lo mejor era volver a las clases presenciales.
“Lo mejor es continuar con la presencialidad pues con el otro método los jóvenes se convierten en puntos frágiles para el reclutamiento forzado, actividades ilícitas y pueden ingresar a grupos delictivos”, dijo entrevistada por otros medios de comunicación.
Asimismo, María Brown ha negado una caída de la matrícula, subrayando que, "las cifras pueden ser engañosas". El pico de matrícula -argumentó- se dio en 2014, eran 4.7 millones de estudiantes, el año de mayor número de registrados.
Según la exministra hubo una caída sostenida, que supuestamente empezó con el cierre de escuelas rurales; aunque para ello se crearon las escuelas del milenio, en donde se agrupó a estudiantes de varias escuelas unidocentes. Además hubo incentivos como eliminación de los USD 25 dólares de contribución 'voluntaria', entrega de uniformes y textos escolares. Y el aumento de la oferta, con la creación de nuevos colegios.
Así, por ejemplo, en Quito, en 35 años no se había creado un colegio nuevo, desde el Consejo Provincial de Pichincha, en Solanda. Pero en la década pasada se inauguraron colegios réplicas y unidades del milenio.
También, la exministra Brown anotó que la caída de la matrícula tiene que ver con la caída de la natalidad y que el porcentaje de matriculados se estabilizó en 2021.
Sobre las razones de la caída de la matrícula y el abandono, las encuestas del Ministerio de Educación, según ha dicho, ubican como causas principales a la inseguridad, el embarazo temprano en niñas y adolescentes y temas económicos vinculados al trabajo.
Para el ciclo lectivo 2022- 2023, en curso en Sierra y Amazonía, se habla de alrededor de 60 mil estudiantes menos matriculados. Y en el ciclo Costa, otros 40 mil menos.
🔴#URGENTE|@Educacion_Ec mediante documento: Orientaciones para el Uso de Textos Escolares y Recursos Complementarios, Pág. 13, dispone el uso de un (1) texto por cada tres (3) estudiantes, razón por la cual, en varios planteles se está retiran los textos entregados a niños (as) pic.twitter.com/rT6oFMAhRU
— UNE NACIONAL (@UNENACIONAL) October 30, 2023
*Fuentes gráficos: Elaboración de Harvey Sánchez, con base en datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo- Anual 2022; Dirección Nacional de Análisis e Información Educativa (DNAIE), Coordinación Nacional de Planificación y Ministerio de Educación, consultados en noviembre 2023.