Andrés Luna Montalvo |
Esta semana se anuncia la presentación del nuevo cuerpo técnico que comandará la
dirección de la Selección Nacional de mayores. Una secuencia de inconvenientes ha
acompañado al proceso, y si a esto le añadimos los errores provocados por la misma
Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), se derivó en una contratación tardía que ha
perdido valiosos meses de trabajo, que sí fueron aprovechados por nuestros nueve
rivales para la Clasificatoria al Mundial de Fútbol.
Jordi Cruyff es el europeo escogido para asumir el cargo, es el valiente holandés que
asume el reto de iniciar un proceso que a primera vista empieza desde cero. Aunque el
potencial de los deportistas nacionales es incuestionable, tampoco Cruyff llega a un
balompié en donde existan numerosas figuras triunfando en las Ligas del primer mundo.
La inestabilidad social y económica provocada por el Gobierno Ecuatoriano también
jugó a favor de que Cruyff asuma el cargo, pues esa nominación fue meses atrás
decretada para el alemán Jürgen Klinsmann, quien luego de las protestas de octubre de
2019 tras las medidas impopulares que despertaron la indignación de los sectores más
pobres del país, desistió de firmar el acuerdo que lo vinculaba a la Selección, pues su
intención fue la de no vivir permanentemente en un convulsionado Ecuador.
La llegada de Cruyff entusiasma, pues no se trata de un mecenas ni un mago con
hechizos poderosos, sino de un estratega joven, prestigioso, vinculado a la innovación
tecnológica, y que tiene en su nivel jerárquico superior a otro muy buen reputado
Director Deportivo como Antonio Cordón, español presentado semanas atrás por la
FEF. Al tener un estratega con la ambición de ganar espacio en el universo de los
Directores Técnicos, y a un Director Deportivo que ha liderado varios proyectos
exitosos en Europa, el fútbol ecuatoriano puede blindarse de la triste experiencia
inmediata del proceso anterior, en donde los hijos de los dirigentes representaban
futbolistas, éstos mismos futbolistas eran convocados a la selección para cotizarse
internacionalmente, y los técnicos declaraban (supuestamente en broma) que ellos
convocaban a 15 y los dirigentes imponían a 10 jugadores para completar los 25 que
conformaban las nóminas.
Lo cierto es que nada está garantizado, el momento de clubes como Independiente del
Valle que acaba de ganar una Copa Sudamericana ilusiona, y aunque hay selecciones en
Sudamérica que atraviesan un mejor momento deportivo, cabe pensar que
generosamente la FIFA permite la clasificación al Mundial del 50% de competidores en
esta parte de la región, lo que abre una extensa puerta de cinco cupos por la que
intentaremos colarnos.