Editorial de Radio Pichincha
Sin lugar a dudas ya podríamos hablar del gobierno de los OFFSHORE, o de los ministros, embajadores y también de un Primer Mandatario con cuentas en los paraísos fiscales. ¿Verdad? ¿Es una afirmación o una duda? Mientras no nos demuestren fehacientemente lo contrario podríamos seguir bajo esa línea de análisis y enfoque.
Empezando por el Presidente Guillermo Lasso: no ha desvirtuado del todo, las publicaciones de los llamados Pandora Papers. Quedan muchas dudas y por más que se esfuercen sus amigos de la mafia mediática y las autoridades de CONTROL, hay demasiadas evidencias, exhibidas por decenas de medios de comunicación internacionales.
Ahora hay dos nuevas figuras que gozan de esa condición y que siendo amigos de Lasso constituyen ya una jorga que no hace ningún esfuerzo por ocultar lo que para muchos es un delito. Se trata ahora del embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República del Ecuador en la ONU ante las Naciones Unidas. Nada más y nada menos, que uno de los accionistas del diario El Universo, pariente de los dueños principales, Hernán Pérez Loose.
No hay que olvidar que también fue uno de los defensores de los agresores de la naturaleza, de las transnacionales petroleras, como Texaco y Chevrón. Su presencia política ha sido activa y no necesariamente protagónica. Desde su columna en El Universo ha servido como ideólogo de la derecha ecuatoriana más recalcitrante.
¿Es una casualidad que ahora lo coloquen en ese puesto? ¿Se trata de un cargo cualquiera o significa ya una “sede” para la negociación política de los Tratados donde el Ecuador está demandado por las transnacionales a las que defendió en su momento el abogado Hernán Pérez Loose? ¿O es una beca para que descanse y disfrute de los parabienes de una embajada donde burocráticamente no tiene mucho que hacer?
En fin, en la práctica es un pago de favores políticos y punto.
El otro ministro, del cual ya se ha hablado es el de Energía y Minas, el señor Fernando Santos, que tras la denuncia de esta emisora afirmó que ya había renunciado a sus cuentas en paraísos fiscales de Bahamas, pero no lo ha demostrado. Cuando juramentó el cargo y lo asumió todavía era propietario de esas cuentas. Eso, que ya es un delito, sigue en la impunidad, gracias a un presidente que goza de los mismos pecadillos.
El sentido común indica que si les vale cumplir con la ley y la decisión del pueblo ecuatoriano en una consulta popular, cómo serán en otras cosas que no se publican o que se manejan tras bastidores y de manera opaca en algunos ministerios e instancias de poder. ¿Acaso ya nos olvidamos lo que hacía Aparicio Caicedo para imponer un presidente den el Consejo de Participación o para que renuncie el titular designado para la Super Intendencia de Bancos?
Queda claro que quienes manejan con opacidad y además con impunidad del poder son los que hace poco se rasgaban las vestiduras reclamando al gobierno de turno transparencia y pulcritud. Ahora es difícil creerles que todo lo hicieron para llegar al poder y actuar como en su momento lo hizo Jamil Mahuad y sus ministros, algunos de ellos en el gobierno de Lasso. PUNTO