Editorial de Radio Pichincha
“Los apagones acabarán en diciembre”, esta es la promesa que hizo el Presidente de la República, Daniel Noboa, y que fue ratificada ayer por su ministra de Energía encargada, Inés Manzano.
Y es que vamos más de dos meses con una crisis energética que no nos permite vivir en paz, trabajar con normalidad, que incrementó los índices de inseguridad y que prácticamente está quebrando y acabando con nuestro país.
Entonces, entramos en una disyuntiva: ¿Debemos confiar en que el Presidente Noboa sí cumplirá esta vez con su palabra? O ¿Debemos acostumbrarnos y continuar con esta triste realidad?
Vamos por partes. Para nadie es un secreto que el Primer Mandatario no cumple sus promesas o que sus palabras, muchas veces, carecen de veracidad. Solo tenemos que hacer un poco de memoria y recordar las múltiples ocasiones cuando ofreció incrementar las fuentes de trabajo, aumentar la producción petrolera, reducir la inseguridad y muchas otras cosas que nunca cumplió.
Y, si hace falta algo más para consolidar esta teoría, podemos revisar las afirmaciones que hizo durante su primer año de gestión y nos encontramos con que solo el 9% son verdaderas, el 33% son falsas, el 43% engañosas y, al resto, le faltan contexto, según la verificación que realizó el portal de fact checking, Lupa Media.
Esto sin contar que en varias ocasiones él y sus ministros han ofrecido que los apagones terminarán y que retornaremos a la normalidad, pero, como es evidente, esto tampoco se concretó.
Incluso, varios expertos energéticos alertaron que es casi imposible que no existan apagones en Ecuador en el mes diciembre, ya que la demanda aumenta y aún no contamos con una solución concreta para proveer de electricidad a todo el país. Por el contrario, podrían aumentar nuevamente los horarios de racionamiento, debido a que los embalses de las hidroeléctricas aún no se han recuperado.
Con todo esto, vemos muy difícil que Noboa (o como muchos lo conocen ahora, el Presidente de los apagones) cumpla con su palabra y, al parecer, nuevamente nos llenaremos de ofrecimientos populistas que están pensados en una campaña electoral y no en buscar el bienestar de todos los ecuatorianos. PUNTO