En esta última masacre el pabellón 2 fue el escogido, pero también los internos querían apoderarse del control del 7.
Punto Noticias.- La última masacre en la Penitenciaría del Litoral reveló que ocho pabellones son blanco de los privados de la libertad que buscan el control al interior.
El pabellón 2 fue en esta ocasión el escogido para la toma del poder, una vez que su líder Alex Salazar, de la banda de Los Tiguerones dejó la cárcel.
El pasado 10 de noviembre, Salazar salió de la cárcel luego de que el juez Oswaldo Dávila, de la Unidad de Garantías Penales de Guayaquil, acogió su solicitud de régimen semiabierto. Esto motivó que los internos de otros pabellones atacaran a los del pabellón 2 e incluso hagan orificios del tamaño de llantas de camión.
En el recinto penitenciario las puertas también están llenas de agujeros por las ráfagas de disparos. Los techos están rotos y en el piso hay túneles de tierra. Estas son las señales de la brutal arremetida que protagonizaron las bandas delictivas el fin de semana.
La misma comandante de la Policía, Tannya Varela, dijo que el pabellón 2 fue el objetivo y atrás de esta masacre estarían los integrantes de las organizaciones conocidas como Los Lobos, Las Águilas, Los Tiguerones y Los Choneros que dejaron más de 60 muertos.
En lo que va de este año, la guerra entre cuadrillas delictivas se ha concentrado en ocho pabellones en los que se han levantado los cuerpos de los reos.
Existirían fallas en las seguridades de los pabellones 3, 7, 8 y 9. Estos dos últimos son considerados los bastiones de la banda narcodelictiva originaria de Manabí.
El sábado, luego de la mascare hubo otro incidente que fue controlado, pues según el vocero del Gobierno, Carlos Jijón, los internos del pabellón 12 pretendían ingresar al 7 para aniquilarlos.
Los informes del Servicio Nacional de Privados de Libertad (SNAI) destacan que en los dos últimos años todos los pabellones han sufrido modificaciones en sus jerarquías.
A inicios de 2020, la mayoría de los pabellones de la Penitenciaría estaban bajo el control de Los Choneros, cuyo cabecilla era alias ‘Rasquiña’, quien tenía a su cargo a más de 1.500 hombres. Tras su muerte, surgieron tres cabecillas.
La división de esta mafia hizo que Lobos, Tiguerones y Águilas arremetieran contra esa red y eso motivó la matanza de febrero. Ese ataque desencadenó al menos 14 balaceras dentro de la Penitenciaría y en aquella ocasión fueron asesinados los presos de los pabellones 2, 3, 4, 5, 6, 9 y 12.
El pabellón 5 fue el escenario más atroz de este año. 118 reos fueron acribillados, desmembrados, incinerados e incluso mutilados.
Estas muertes en serie han motivado a personal de inteligencia militar y policial que investiguen los escondites en donde cada banda delincuencial esconde su armamento.
La tarea es difícil debido al dominio que tienen los presos en las celdas, ya que son ellos quienes tienen las llaves de las celdas y deciden quién entra o no a los pabellones.
Esta información la recoge también la investigación de la Comisión de Soberanía y Seguridad de la Asamblea Nacional.
Mientras, la Policía señaló que las condiciones de seguridad en ese centro de privación de la libertad son mínimas, ya que la infraestructura data de los años 50.
En la matanza de septiembre, los peritos recuperaron cuerpos en sumideros y alcantarillas. En esta vez hasta los cadáveres estaban ocultos en túneles.
Según los guías, pasan al menos dos semanas hasta que los nuevos líderes aparecen y dan las nuevas reglas.
En este momento priman también las alianzas entre organizaciones delictivas, por ejemplo, los ChoneKillers, brazo armado de Los Choneros, apuntan al control del pabellón 2.
Fuente: Secretaría de Comunicación, Policía Nacional, El Comercio, redes sociales