Víctor y Raquel están angustiados y desesperados esperando, a la luz de las velas, que sus electrodomésticos no se quemen y que sus productos no se dañen.
Al caminar por el Centro Histórico de Quito se observan rostros de angustia y preocupación. Se trata de los dueños de los pequeños negocios del sector.
Aseguran que registran grandes pérdidas económicas y materiales debido a los apagones, programados por el Gobierno de Daniel Noboa, debido a la crisis energética por la que atraviesa Ecuador.
Sin embargo, eso no es lo único que les preocupa.
La falta de cumplimiento del cronograma de racionamientos también los mantiene inquietos, debido al desorden en la planificación.
Por ejemplo, Víctor Bagua, quien tiene una pequeña cafetería en la calle Cuenca, se le quemó la refrigeradora donde guardaba los alimentos. Dice que no le queda más remedio que comprar otra.
Se pregunta ¿con qué dinero hacerlo si las ventas están bajas?. Señala que, a diario, pierde un 60% de la ganancia normal.
«El local está oscuro, la gente no entra, además de que se me dañó la refrigeradora, también se echaron a perder los productos», indica Víctor.
La afectación económica también llega debido a que antes compraba los alimentos y productos al por mayor, ahora lo hace, poco a poco, es decir, a diario.
Cuadras más abajo del caso colonial, en la calle Bolívar, Raquel Mendoza atiende a la clientela a la luz de la velas.
Está desesperada porque sus pasteles, helados, postres, productos lácteos y otros que necesitan congelación están a punto de descongelarse y, probablemente, dañarse.
Si bien entienden, dicen, que los cortes son producto de la sequía que atraviesa la región, hacen un llamado a las autoridades a dar mantenimiento a las hidroeléctricas y a implementar soluciones.