Editorial de Radio Pichincha
La derecha ecuatoriana y su aparato mediático de amplificación quieren aprovechar la crisis energética para instaurar lo que han añorado y ansiado durante décadas: la privatización del sector eléctrico, hacer de ello un gran negocio y, por si acaso, usar toda la infraestructura estatal y pública para que sus negocios tengan más ganancias.
Para ellos tienen voceros que fungen de expertos y analistas que usan las más descabelladas teorías para justificar lo injustificable. Por ejemplo, más torpe no puede ser el argumento de que durante la Revolución Ciudadana se construyeron DEMASIADAS HIDROELÉCTRICAS.
Hay que recordarle a todo el país, no solo para refrescar la memoria, sino para hacer un ejercicio de responsabilidad histórica, que casi todas las hidroeléctricas que hoy existen fueron pensadas y planeadas desde hace casi cincuenta años.
En tiempos de la dictadura militar de Guillermo Rodríguez Lara y el triunvirato posterior, en pleno “boom petrolero” se pensó por fin en un modo de electrificar todo el país para sentar las bases del desarrollo de un país pobre, pero con mucha plata del petróleo.
Pero ni esas dictaduras y ni los gobiernos neoliberales que llegaron después concretaron todo el plan de las hidroeléctricas. La historia no es para guardar en los libreros.
Que los desinformadores y desinformados lean un poco más y entiendan que este país, por su geografía, tiene la ventaja de hace hidroeléctricas en todas partes, para asegurar el abastecimiento en tiempos de estiaje, en ambos lados de la cordillera e incluso en ciudades como Quito.
¿Y que nos faltan termoeléctricas? Tenemos 21, pero no dicen esos supuestos expertos lo que implica y cuesta la energía termoeléctrica frente a la hidroeléctrica. Como dice el refrán: LA ESTUPIDEZ ES ATREVIDA.
Lo que quieren en realidad es privatizar la generación y transmisión de energía EN SU TOTALIDAD, para con ello meterse mucha plata, elevando las tarifas y asegurando a sus empresas y sus negocios, sin importar si los pueblos lejanos y los barrios pobres tengan suficiente abastecimiento.
Detrás de su verborragia solo hay un interés mezquino y codicioso. Así han sido siempre. Cuando la energía es barata se callan, porque gobierna un modelo progresista, pero apenas hay una mínima crisis aprovechan para el atraco. ¿No fue así con la dolarización? ¿y no nos dijeron que con la dolarización íbamos a ser casi casi del primer mundo y dónde estamos ahora?
Así que ahora solo tienen que hablar claro y sin sofismas ni mentiras.
Pero algo más: apostaron por Daniel Noboa porque no era estatista y como neoliberal resolvería todos los problemas y respondería con más medidas ortodoxas los apetitos empresariales, pero ese mismo personaje ahora les pide decretar un APAGÓN PRODUCTIVO.
Si ya ni entre ellos se ponen de acuerdo, por la codicia de cada grupo, qué vamos a esperar para la mayoría, para los más pobres y para un país con ansias de salir del subdesarrollo. PUNTO