Carolina Bernal reconoce que Celec solo retira sedimentos en suspensión (arcillas y arenas). Mientras que los sedimentos gruesos (piedras) siguen acumulándose formando islas, lo que podría afectar -más adelante- la obra de captación de agua de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Los sedimentos del río Coca -que se acumulan a un costado de la captación de agua de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair- han creado varias islas, aumentando el nivel del río, complicando así, la operación de la planta.
La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair está localizada en la provincia amazónica de Napo. Es la planta más grande del país, con una potencia instalada de 1.500 megavatios.
Estas islas son visibles desde cualquier orilla, especialmente desde la vía Quito-Lago Agrio.
De hecho, el incremento de caudales ocasiona que la hidroeléctrica paralice -en varias ocasiones- sus operaciones por riesgo de que las arcillas y arenas afecten a las grandes turbinas de generación.
La hidroeléctrica ha paralizado sus operaciones en 97 ocasiones entre 2019 y mayo de 2024, según un informe de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) al que accedió Radio Pichincha.
Solo entre enero y mayo de 2024 hubo más de 15 paralizaciones de generación eléctrica, especialmente en temporada invernal, cuando incrementa el caudal del río Coca.
Aunque, la Corporación Eléctrica del Ecuador informa -de forma periódica- que realiza el retiro de sedimentos acumulados en el embalse.
Por ejemplo, Celec señala que este trabajo mejora «las condiciones operativas de la hidroeléctrica, se precautela la vida útil de los equipos electromecánicos y se ejecuta conforme a la normativa ambiental vigente».
Así lo informó el 30 de septiembre de 2023.
Sin embargo, fuentes eléctricas vinculadas a Celec señalan que los trabajos para el retiro de sedimentos en suspensión (arenas y arcillas) no es suficiente, pues también se deben retirar los sedimentos gruesos (piedras), algo que no ha ocurrido.
Al respecto, Radio Pichincha revisó el portal de Contratación Pública (Sercop) y, en el último año, no hay procesos precontractuales para retirar los sedimentos gruesos en el embalse de la hidroeléctrica.
«Los sedimentos gruesos crearon estas grandes islas que cada vez ocasionan más problemas para la operación de Coca Codo Sinclair», puntualiza una fuente de Celec.
Más bien, la preocupación de la holding estatal se centra en el nivel de sedimentos en la zona de descarga del agua turbinada de la hidroeléctrica.
Es más, recién fue adjudicado un contrato por USD 860.000 a la empresa Monolitica CIA. LTDA para la ejecución de la limpieza de los sedimentos en la zona de descarga.
¿Cómo se formaron las islas?
Carolina Bernal, investigadora de la Escuela Politécnica Nacional, explica que las islas se forman porque a un kilómetro de la captación se localiza la confluencia entre los ríos Quijos y Salado.
La unión de esos afluentes crea el río Coca.
Precisamente, ese sitio es topográficamente muy importante porque es allí donde se rompe la pendiente, lo que ocasiona que se acumulen los sedimentos. Pero, el caudal original lograba desalojar la arena, arcilla y piedras.
Cuando se construyó la captación, esta infraestructura detuvo los sedimentos gruesos, los cuales no pueden ser desalojados por los desarenadores de hidroeléctrica.
«Entonces, como ese material grueso no puede pasar y como no es gestionado para nada por Celec, está siendo retenido en el sitio. Por eso, en las bases de estas islas hay sedimento grueso, que, conforme se acerca a la superficie, va disminuyendo su tamaño hasta formar un suelo que permite, a su vez, que se fije una vegetación»
Bernal reconoce que Celec solo hace limpieza de sedimentos en suspensión (arcillas y arenas). Mientras que los sedimentos gruesos (piedras) no son retirados del lugar porque no hay un tratamiento específico para aquello.
Radio Pichincha consultó a Celec sobre los trabajos en el retiro de sedimentos, pero hasta el cierre de la edición no hubo una respuesta.
Esos sedimentos gruesos podrían afectar más adelante la estructura de la obra de captación de agua.
Pero no es la única amenaza que tiene la hidroeléctrica.
Desde febrero de 2020, la zona sufre un extraño fenómeno natural de erosión regresiva que se está comiendo las márgenes del río Coca. Ese evento, a septiembre de 2024, está a 6,1 kilómetros de la obra de captación.
Todo aquello ocurre mientras la hidroeléctrica opera a menos del 50% en medio de un severo estiaje que ocasionará apagones generalizados la próxima semana.
Esos cortes de energía también ocurren por la falta de generación eléctrica en los últimos años.
Cabe resaltar que sin esta planta hidroeléctrica -inaugurada en 2016- la crisis eléctrica golpearía más fuerte al país.