Editorial de Radio Pichincha
Siempre esperamos que todo mejore, como si fuese una evolución natural, pero aquí, en Ecuador, pasa todo lo contrario.
Asesinaron al candidato Rider Sánchez, en el cantón Quinindé, parroquia La Unión, en la provincia de Esmeraldas. Él era candidato por la alianza Suma-Avanza, que auspicia al aspirante presidencial Otto Sonnenholzhner.
¿Ya nos vamos a acostumbrar a este tipo de eventos sangrientos y dolorosos para la democracia y para las familias? ¿Vamos a incluir este crimen en las cifras frías y dejaremos pasar como un dato más de la estadística?
Mientras don Guillermo pasea por Europa y EE. UU. no hay quien haga ni siquiera el gesto del pésame, a nombre del Estado. No es posible que tengamos a una autoridad con prestigio y reconocimiento, porque estamos en el peor de los momentos de la historia.
Lo más doloroso es que desde la campaña electoral última, en las elecciones seccionales, se advirtió que ya no es posible hacer unos comicios en condiciones de seguridad y responsabilidad estatal para los aspirantes. Y, a pesar de las vacuas declaraciones, no se ha hecho nada. Mientras se gastaban miles de dólares mensuales para cuidar al apócrifo periodista que quiere ser presidente, quedan muchos otros a la deriva y a expensas del crimen organizados y las mafias. Ahhh, pero si le cae una gota de lluvia a ese apócrifo periodista de inmediato saltan las alarmas, sale a hablar la Fiscal y la Mafia Mediática culpa a todo mundo.
Qué dolor pensar que no será el último crimen. Y no es ser agorero del desastre. Estamos en tal nivel de indefensión que todo puede pasar. PUNTO.