Señala que en marzo de 2018 y abril de 2019, “el hostigamiento progresivamente severo” de las autoridades ecuatorianas culminó en regulación, restricción y vigilancia excesiva a comunicaciones de Assange
Punto Noticias. El Relator de la Naciones Unidas contra La Tortura, Nils Mezner, a través de un comunicado enviado el 28 de mayo del 2019 al Gobierno ecuatoriano, se refiere a la situación de Julián Assange y pide a Ecuador que “dejar de difundir, sin demora, cualquier noticia o información que pueda ser perjudicial para la dignidad e integridad del Sr. Assange, y para sus derechos a procedimientos justos e imparciales en línea con los más altos estándares de derechos humanos”.
Entre las conclusiones del Relator están que hay pruebas convincentes de que las autoridades judiciales suecas y británicas, deliberadamente, crearon una situación que impidió que Julián Assange haya podido viajar a Suecia, sin tener que exponerse a un riesgo real de violaciones graves de sus derechos humanos.
En su comunicado, dice que durante casi nueve años, Suecia ha mantenido una narrativa sospechosa de «violación» contra Julián Assange, a pesar de la evidencia contradictoria de que las demandantes nunca tuvieron la intención de denunciar un delito sexual, sino que la policía sueca las presionó e indujo para que lo hicieran y posteriormente decidieran «vender» su historia a la prensa sensacionalista.
Explica que en ningún momento las autoridades judiciales suecas hicieron ningún intento para prevenir el daño a la reputación de Julián Assange, o para proteger su dignidad humana, al rechazar y rectificar públicamente exageraciones obvias y tergiversaciones de las acusaciones hechas en su contra.
Además, relata que los primeros cinco años de coexistencia entre Julián Assange y el personal de la Embajada ecuatoriana estuvieron marcados por relaciones respetuosas y amistosas. A partir de la elección del nuevo Gobierno ecuatoriano en 2017, las autoridades ecuatorianas crearon, deliberadamente, condiciones de vida cada vez más difíciles y opresivas, con el objetivo aparente de obligar a Julián Assange a abandonar la Embajada.
Lamenta que entre marzo de 2018 y abril de 2019, “el hostigamiento progresivamente severo” por parte de las autoridades ecuatorianas culminó en regulación, restricción y vigilancia excesiva de las comunicaciones de Julián Assange, y sus reuniones con visitantes externos (incluidos abogados y médicos) y su vida privada. A lo que se suma diversos grados de hostigamiento por parte de los guardias de seguridad y cierto personal diplomático, además de la difusión pública de medias verdades distorsionadas, difamaciones y declaraciones degradantes por parte de las autoridades del estado ecuatoriano.
Puede acceder a la comunicación completa de la ONU, en su versión original en inglés, en: Carta relator.
Fuente: CENAE