Editorial de Radio Pichincha
Si alguien tiene duda que para la próxima campaña electoral, que pondrá un nuevo presidente en Carondelet, iba a estar ausente el aparato de ataque, difamación y mentiras del apócrifo periodista Villavicencio o no vive en este país o al menos cree que un ciudadano de esa calidad ética ha madurado.
La “fake new” lanzada ayer, retuiteada de inmediato por ese personaje y toda la tecnología de amplificación es solo un indicio, una muestra leve de lo que ya hicieron el 2021 con Andrés Arauz, que ahora tiene procesado al fiscal colombiano que participó de esa barbaridad.
Hasta el más ingenuo entiende que una supuesta amenaza de muerte contra la abogada Diana Salazar, justo cuando se investiga un plagio en su tesis de graduación, no tiene otro objetivo que dejar en la impunidad el caso, victimizar a quien tiene todo el poder para investigar y perseguir y con ello ponernos un “traspié” para que caigamos en su lógica: el odio como herramienta política.
Sinceramente tenemos por delante una campaña violenta, virulenta, donde van a poner millones de dólares las chequeras de aquellos poderosos que han mantenido a la Mafia Mediática y a esos actores políticos insuflados de encono.
Y cualquiera se pregunta: ¿Qué hará el Consejo Nacional Electoral con esos candidatos que en vez de proponer soluciones para el país se dedican al ataque, al hostigamiento y la ofensa procaz? ¿Podremos entender el futuro político a partir de esas señales que lanzan desde el apócrifo periodista y un señor que ha trabajado como mercenario en zonas de guerra y que jamás hizo la conscripción en Ecuador?
La abogada Diana Salazar ha intoxicado todo el debate ético de su función. Lamentable y hasta condenable tratar de tapar con lodo lo que debería ser una exposición transparente de su tesis, defenderla frente a la ciudadanía y, por supuesto, hacer todo ello desde el cargo del cual saca amenazas e improperios, como si fuese juez o tribunal.
Claro, la impunidad ronda, la intolerancia se expande y para eso hay personajes nefastos de la política que ahora quieren ser Presidentes.
Una pena para el Ecuador, para su democracia, para la justicia y para la ciudadanía que espera que se resuelvan los casos de los más humildes, se investigue a fondo el asesinato de Rubén Cherres y los escandalosos casos de INA Papers y Pandora Papers. PUNTO