Durante la Cumbre del Consejo Europeo en Budapest, líderes de los 27 países de la UE debatieron sobre el impacto del ascenso de Trump, en la relación con su principal aliado.
La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos ha planteado nuevas interrogantes para la Unión Europea (UE). El organismo busca establecer un equilibrio en sus relaciones transatlánticas, en medio de crecientes desafíos económicos y de seguridad.
Durante la Cumbre del Consejo Europeo en Budapest, líderes de los 27 países de la UE debatieron sobre el impacto del ascenso de Trump, en la relación con su principal aliado.
Asimismo, se analizaron temas de relevancia como el suministro energético y la defensa.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, propuso a Trump que la UE aumente sus importaciones de gas natural licuado (GNL) estadounidenses para reducir la dependencia de la energía rusa, una medida que considere económicamente favorable y de interés mutuo.
La líder europea mencionó que esta estrategia podría ayudar a equilibrar el déficit comercial que la UE mantiene con EE.UU.
Asimismo, destacó la importancia de buscar “intereses comunes” con la nueva administración. Sin embargo, esta propuesta debe analizarse en el contexto de una posible guerra comercial, considerando que Trump ha sugerido imponer un arancel del 10% a todas las importaciones.
El canciller alemán Olaf Scholz también mostró optimismo sobre posibles puntos de encuentro con la administración de Trump, subrayando la importancia de un comercio bidireccional para la economía de EE.UU.
Sin embargo, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, aunque dispuesta a cooperar con la nueva administración, enfatizó la necesidad de que Europa busque mayor independencia en defensa y competitividad, señalando que la política de “América Primero” de Trump podría desestabilizar las relaciones con sus aliados europeos.
La Cumbre también se centró en la guerra en Ucrania, un tema especialmente relevante para Europa. Viktor Orban, primer ministro de Hungría y anfitrión del encuentro, señaló que, con Trump en la Casa Blanca, el apoyo estadounidense a Ucrania podría reducirse exclusivamente.
Orban, más cercano a Moscú, sugirió que Europa no puede sostener sola la carga económica de esta guerra y abogó por un cese de la ayuda económica a Kiev.
Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, presentó un informe donde anunciaba sobre la creciente brecha económica entre Europa y Estados Unidos y la “urgente” necesidad de reformas en la UE. Este análisis fue recibido positivamente por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien considera que las recomendaciones de Draghi ofrecen una base clara para fortalecer la economía del bloque.
Ante un futuro de cambios en la política estadounidense, la UE enfrenta un nuevo reordenamiento mundial, en el cual sus líderes buscan definir un camino que mantenga la cooperación transatlántica sin comprometer su autonomía y seguridad.