La casa de la familia Mediavilla, en Guápulo, no sufrió afectaciones, pese a que todo el bosque a su alrededor se consumió por el incendio del martes 24 de septiembre.
Punto Noticias.- En medio de la tragedia hay historias de esperanza. La vivienda de Galo Mediavilla y Susana Cepeda estuvo a punto de ser consumida por el incendio del pasado martes 24 de septiembre en Guápulo, en el norte de Quito.
«Estoy atemorizada porque yo creo que ya se quemó la casa», relataba Susana esa noche. Mientras que Galo, su esposo, se lamentaba por sus mascotas, sus gallinas y sembríos.
Debido a la magnitud de la combustión, Susana y Galo dieron por perdida su casa, pues esta se ubica a 500 metros de un costado de la avenida de Los Conquistadores, en medio del bosque- ahora consumido por las llamas-.
🔴#Urgente l «Estoy bien atemorizada, parece que ya se quemó una casa, necesitamos ayuda con tanques de agua, esto es un infierno», indica Susana Cepeda moradora del sector de #Guapulo donde se registra un incendio. pic.twitter.com/fcwVsGdoTB
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) September 24, 2024
Aquella tarde, Susana, Galo, sus dos hijos y su nieta salieron al Centro Histórico de Quito a realizar unas diligencias, cuando el incendio se extendió hasta el predio en el que se ubica la vivienda. Al llegar a Guápulo, no pudieron ingresar al lugar, pues todo estaba en llamas.
Pero su hogar- en el que han vivido desde hace 60 años- se salvó.
«Para mí esto es un milagro de Dios, porque yo soy creyente. Es increíble cómo no se quema mi casa habiendo combustibles», dice Susana, de 74 años.
Ella y su hija Evelyn Mediavilla- de 45 años- recorren su casa y muestran que tres tanques de gas llenos, dos pequeños recipientes con combustible, que, en cuestión de segundos, pudieron haber estallado. Pero no ocurrió.
A 10 metros de la vivienda también hay un poste con un generador eléctrico, que no se afectó, aunque los árboles de alado quedaron en cenizas.
Lo que también se salvó fueron siete cajas de abejas, que tenían a un costado del terreno. Aunque es extraño, todo a su alrededor se consumió, menos este sitio.
Aunque sí hay afectaciones. Algunas herramientas de agricultura, sus cultivos de aguacate y limón fueron consumidos por el incendio.
Sus gallinas también fueron afectadas. De las 6 que tenían, dos sobrevivieron; mientras que de sus dos perritos, solo apareció uno, que sufrió quemaduras en sus patitas.
De la misma manera, las tuberías de agua potable se quemaron y no cuentan con este servicio. La falta de agua, comenta Evelyn, complica su vida diaria. Tampoco tienen internet.
«En los primeros días del martes y miércoles no habíamos desayunado, almorzado ni merendado», dice.
La familia Mediavilla Cepeda perdió su sustento económico, ya que la agricultura era su medio de trabajo. Evelyn y su hermano, quien tiene un 70% de discapacidad, se quedaron sin empleo y deben seguir luchando para recuperar lo que el incendio consumió.