En la edición 54 del Foro Económico Mundial de Davos participan más de 60 jefes de Estado y de Gobierno, así como a unos mil empresarios.
La heredera del imperio Disney, Abigail Disney, con una fortuna de más de 120 millones de dólares, es una entre 250 superricos que exigieron a los políticos del mundo más impuestos a la riqueza. La propuesta surgió en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, con el propósito de que se ayude a pagar mejores servicios públicos en todo el mundo.
‘Proud to pay more’, orgulloso de pagar más, en español, es la propuesta surgida en la edición 54 del Foro de Davos. El manifiesto sumó firmas de peso como la de Abigail Disney; los actores Brian Cox y Simon Pegg, el artista australiano Bruce Lloyd, o el político y juez británico Robert Berkeley, entre otros, citados por Revista Ámbito Financiero.
“Nuestra petición es simple: les pedimos que nos graven a nosotros, los más ricos de la sociedad”, afirman los ricos en una carta abierta a los líderes mundiales. “Esto no alterará fundamentalmente nuestro nivel de vida ni privará a nuestros hijos ni perjudicará el crecimiento económico de nuestras naciones. Pero convertirá la extrema e improductiva riqueza privada en una inversión para nuestro futuro democrático común”.
En la carta abierta dicen que también son las personas que más se benefician del statu quo. “Pero la desigualdad ha alcanzado un punto de inflexión, y su coste para nuestra estabilidad económica, social y ecológica es grave, y aumenta cada día. En resumen, necesitamos actuar ya”.
¿Cuántos superricos aprueban el pago del impuesto?
Patriotic Millionaires integra a millonarios estadounidenses preocupados por la inestabilidad y la desigualdad económica de su país. Han levantado una encuesta a nivel global para analizar el pensamiento de los millonarios. Preguntaron a 2 300 personas con un capital superior al millón de dólares y, según los resultados, concluyeron que el 74% apoyaba el aumento de los impuestos a su riqueza.
El 58% aprobó la introducción de un impuesto del 2% a la riqueza de las personas con un capital mayor a los 10 millones de dólares, y el 54% pensaba que la riqueza extrema era una amenaza para la democracia.